“Ganar el Clásico mejora la autoestima”

Rubén Darío Insúa es una historia viviente del Barcelona. El argentino está de vuelta a la ciudad que lo vio ser campeón como jugador y entrenador. Justo a pocas horas del Clásico dialoga con EXTRA sobre el partido más importante que se juega en el país.

¿Qué es un Clásico del Astillero?

Es el partido que moviliza a todo el país, al igual de lo que pasa en Argentina, Uruguay y Brasil. Barcelona y Emelec generan una expectativa previa increíble.

¿El Clásico que nunca olvidará Insúa?

En el Capwell en 1992, ganó Barcelona 2-1 y tuve la suerte de hacer uno de los goles. Era mi segunda temporada. Y a inicio del año y Emelec estaba invicto en su estadio. El primer gol lo hizo Carlitos Muñoz. Lo denominaron el Clásico de la lluvia. Era un aguacero gigante. Suspendieron el partido, pero una hora después ya estábamos en el hotel y nos hicieron regresar para jugar.

Es verdad que si a un jugador le va bien en el Clásico te quedas en la retina del hincha.

Obvio que ayuda eso, ganar un Clásico y hacer goles eso perdura en el tiempo.

¿El jugador y técnico cómo vive la previa de estos partidos?

Siempre lo viví tranquilo. Claro que la atmósfera cambia. Va más periodismo en la semana. La gente te para en la calle.

Usted ha sido jugador, entrenador y ahora hincha, ¿dónde se vive con más locura este partido?

Es una locura real. Un ejemplo, todo el mundo ya sabe que el Capwell va a estar lleno. Emelec y Barcelona se pelean estar en la parte alta. Por algo es el partido más importante.

¿Ganar un Clásico, es como sacarse una maleta de responsabilidad?

Mejora la autoestima del jugador, la confianza del público y los rivales después te miran de otra manera.

Emelec y Barcelona llegan golpeados, vienen de perder sus últimos partidos

Ninguno de los dos vienen en su mejor momento. Pero son partidos especiales. Los dos tienen posibilidades de ganar la etapa. Emelec y Barcelona tienen buenos jugadores. La posición en la tabla no influye. Aquí no hay favorito. La ventaja que tiene Emelec solo es que no tendrá hinchada visitante.

¿Qué tal jugar en el Capwell?

He pasado por fuera, es un estadio muy lindo. Emelec es fuerte en el Capwell. Como jugador nunca perdí un Clásico en ese estadio, como entrenador sí. Hemos ganado más de lo que hemos perdido siendo DT de Barcelona. Lo bueno de Ecuador que los del Astillero tienen grandes estadios.

¿En sus tiempos de jugador y DT qué es lo que más se escucha, el apoyo de su hinchada o el grito de los contrarios?

En el caso de Barcelona en el Monumental el ruido de la gente es tremendo, eso es una inyección de ánimo. Pero también hay que saber cómo jugar con esa presión.

Emelec y Barcelona vienen de perdedores. Si hay un ganador ¿en qué influirá después?

Pasan dos cosas, el ganador estará estimulado para el remate final, el perdedor demorará en levantarse.

Lo notamos cuando viene a Ecuador cómo si estuviera en casa.

Este es un país que quiero mucho. Soy agradecido de Barcelona que me abrió sus puertas, a su gente. El otro día me invitaron a un conversatorio y les dije que la casa que vivo en Buenos Aires, se la debo a Barcelona. La compré en 1994 con el dinero que pude ahorrar mientras jugaba en el Ídolo, pocas veces lo digo.

La relación con Ecuador será por el resto de mi vida. Yo estoy agradecido.

¿De las costumbres ecuatorianas cuál siempre la comenta?

Hay varias, pero la que destaco que el ecuatoriano respeta el espacio ajeno. El argentino es diferente, somos invasivos.

De las palabras ecuatorianas la que más nombra.

Es una cosa de locos, estamos en Buenos Aires y se me salé el aguanta, que es una palabra de ustedes y debo de explicarlo al resto. Esto me pasa los jueves que nos reunimos con la gente del fútbol y hablo mucho de Ecuador.

¿La sangre Insúa sigue en Barcelona ahora con su hijo Robertino?

El equipo ahora es un club fuerte, con mucho respeto a los demás. Hay un sentido de pertenencia. Están jugando muchos hijos de exjugadores, eso marca mucho. Además hay exfutbolistas como directivos y eso pasa mucho en Europa y eso es bueno. Además de lo que están pagando para sanear el equipo.

¿Hasta cuándo estará sin dirigir?

El último año y medio decidí no entrenar. Dejé al Bolívar de Bolivia, la mamá de mi señora y mi padre estaban enfermos. Mi viejo falleció y estuve con él hasta el final. Ahora ya quiero volver a trabajar por los próximos 10 años. Por ahora me he dedicado a estudiar y ver mucho fútbol.

La última, ¿es verdad que una vez hizo unos llaveros con una foto de EXTRA?

Claro, estaba en el aeropuerto de Guayaquil, venía mi segundo hijo con pocos días de nacido. Al otro día el EXTRA sacaba una foto mía con el bebé, recorté la foto y mandé a hacer llaveros y recuerdos.