Boca no saboreó el hornado de Cuenca

Redacción Guayaquil
El Alejandro Serrano Aguilar estaba a reventar, habían llegado hinchas ‘morlacos’ hasta de Estados Unidos para ver el partido, El Deportivo Cuenca se enfrentaba a Boca Juniors. Era el 23 de abril de 2009 y hasta esa fecha el equipo argentino siempre había ganado en cancha ecuatorianas.
Pero ese Cuenca tenía algo especial para ese día, los dirigidos por Guillermo Duró estaban para hacer historia.
El escenario era rojo y negro, mientras que hinchas de Boca Juniors habían llegado a ver qué pasaba, aunque los visitantes movieron mucho periodismo hasta la capital azuaya.
La fiesta de la previa fue larga. Los cuencanos habían esperado por mucho tiempo un partido así y las miradas de América estaban sobre el Alejandro Serrano Aguilar.

De Huaquillas para el mundo
El cero a cero estaba sembrado en el primer tiempo y todo parecía indicar que los entonces dirigidos por Carlos Ischia otra vez se iban a llevar algo en sus bolsillos.
Todo listo para el empate, pero a los 60 minutos se hizo un cambio. El ahora jugador de Watford inglés, Juan Carlos Paredes, dejó la defensa y entró el delantero nacido en Huaquillas, Édison Preciado. Nadie lo sabía, pero 19 minutos después iba a entrar en la historia del fútbol sudamericano.
Preciado entraba listo para la gloria. En el camerino había guardado un guante entre sus medias e intuía que la fama estaba por llegar. Eso le serviría para hacer un show cuando anotase... Y todo pasó en cuestión de segundos. A los 79, una jugada del brasileño Rodrigo Teixeira terminó en el gol del orense. El estadio era una locura, D. Cuenca pasaba a ser el primer equipo ecuatoriano que le ganaba a los argentinos de Boca Juniors.