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Liga de Portoviejo eliminó a Macará de Copa Ecuador.Cortesía

Copa Ecuador: Liga de Portoviejo elimina a Macará y sueña con jugar Libertadores

Hoy la ilusión manabita se pinta de verde y blanco

La Capira volvió a despertar el alma dormida de Portoviejo. Una ciudad y una provincia que, por años, vieron apagarse las luces de la gloria futbolera, hoy vuelven a soñar gracias a su querido equipo. En los 90 minutos quedaron 0-0, pero en los penales llegó la gloria para los manabitas, al imponerse 7-6, con un Manuel Mendoza que atajó el penal a Jordan Mohor y le dio la clasificación a Liga de Portoviejo ante Macará.

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La Capira, ese club que respira identidad manabita, sorprendió a todo el país tras eliminar a Macará en la Copa Ecuador y meterse con autoridad en los octavos de final.

Lo de LDUP no es casualidad: es lucha, garra y corazón. Ya lo había demostrado cuando superó en penales a Independiente Juniors el 9 de junio, con un Manuel Mendoza que se hizo gigante bajo los tres palos. Ese día, las atajadas del arquero manabita abrieron un camino que ahora parece infinito. Y frente a Macará, un equipo de Serie A que llegaba con el pecho inflado tras vencer a Barcelona y Mushuc Runa, los de Raúl Duarte demostraron que no creen en etiquetas ni jerarquías.

Liga de Portoviejo contó con el gran apoyo de su hinchada.Cortesía

Hoy la ilusión manabita se pinta de verde y blanco. En cada rincón de Portoviejo se escucha la misma frase: “La Capira está viva y quiere más”. Y es que este equipo no solo juega con sus once dentro de la cancha; juega con todo un pueblo detrás, con la esperanza de una provincia que no se rinde y que ahora se atreve a soñar con la Copa Libertadores 2026.

Los nombres empiezan a hacerse familiares: Manuel Mendoza bajo los palos; Efrén Proaño, Pablo Cifuentes, Joel Quintero y Marcos Cangá en la zaga; José Hernández dando salida; un mediocampo combativo con Jackson González, Jhoan Burgos y Jairon Bonett; y más adelante, la chispa de Iván Castro, Brayan Angulo y Guillermo Rendón. Este es el ejército de Duarte, el que desafía la lógica del fútbol ecuatoriano.

Ahora, el destino los cruza con Universidad Católica, otro hueso duro de roer. Pero la Capira ya demostró que, cuando la fe es más grande que la historia, cualquier gigante puede caer. Manabí sueña, Portoviejo vibra y Ecuador se rinde ante la sorpresa de la Copa.

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