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Noboa desde su suite con sus hijos Christopher y Lucas.

Cristhian Noboa: “Quería bajar a jugar la final”

Noboa relató su experiencia en el capwell a Diario EXTRA. “Enloquecí con los goles”, reconoce.

El reloj biológico hizo que ayer Cristhian Noboa se despierte a las 05:00 horas. Había dormido muy poco, después de llegar del Capwell en la noche, tras disfrutar del triunfo de su Bombillo en la primera final. Aún con la hora cambiada, cayó rendido en su cama.

Despertó aún con la camiseta azul puesta, al igual que sus dos hijos, según cuenta EXTRA entre risas. Lo primero que hizo, fue buscar un megabolón para recuperarse del ‘jet-lag’, antes de recordar la victoria eléctrica ante el Cetáceo.

Horas antes, el volante del Zenit de San Petersburgo cantaba junto a los miles de hinchas azules. “Las canto como son, pero hay unas palabritas que a veces se me salen y mis hijos me las corrigen”, bromea el jugador, que vivió el juego en una suite con sus padres, hermanos, primos, esposa e hijos.

Es un hincha a rabiar del Bombillo y presume de conocer todos los cánticos de la barra Boca del Pozo. Eso sí, cuando hay que decir palabrotas, prefiere hacerse el loco para que no las repitan sus hijos.

El gol tranquilizador

“Todos creíamos que Delfín se iba a cerrar como los demás partidos, pero me sorprendieron de inicio”, recuerda. “No tienes idea la forma en que grité el gol”, asegura. “En ese momento dije que íbamos a ganar y con los demás goles enloquecí”, revive emocionado Noboa, quien viene a disfrutar de su querido Emelec, su familia y las playas del país.

A pesar de la victoria, considera que “hay final”, por lo que deberán estar atentos a lo que suceda en Manta. “Cualquier cosa puede pasar porque se vienen los 90 minutos finales y uno tiene que saberlos jugar”, advierte, aunque reconoce que confía en el triunfo.

Por ello, ya tiene ganas de que “vuele el tiempo” para conocer si el Bombillo suma una estrella más a su escudo. Él, lo verá en un balneario alentando como el miércoles.

Si tiene que decantarse por un jugador del Foco, se queda con los que ocupan su posición natural en la cancha. El Zar destaca el rendimiento de Gaibor y Lastra, quienes “lo hicieron bien, barrieron con todo y además Fernando anotó”.

Sentimiento familiar

Christopher y Lucas son los hijos de Noboa. Y antes de que nazcan, ya eran hinchas de Emelec según el papá. Ellos son los que más disfrutan de los partidos del Bombillo porque tienen a su padre a lado. Eso sí, el volante reconoce que le dieron ganas de bajar a jugar.

“Siempre me pasa eso, me gustaría pedir la camiseta y salir a jugar. Qué mejor que una final. Pero eso será para después, si Dios lo permite”, expresa Noboa, quien agradece el cariño de la gente pidiendo su vuelta al Bombillo y la Tricolor.

“El hincha de Ecuador es maravilloso y agradecido, las muestras de cariño son increíbles. Me piden fotos, me dan buenas vibras para que me vaya bien en el Zenit... Esas cosas no tienen precio”, agradece.

No quiso “molestar”

Si bien el exjugador eléctrico es muy respetado en el club, él prefiere no tener protagonismo. Noboa es un emelecista que pisa el Capwell y se transforma en un hincha más. Por ello, no bajó al camerino a saludar. “A mí no me gusta que me desconcentren antes o después de un partidos. Y lo mismo trato de hacer con ellos”, explica. “Además, si bajo al camerino después me entra la nostalgia de jugar y no puedo”, reconoce.

Más allá de su apoyo al elenco azul, el Zar habló de forma distendida sobre una de las bromas desde que arribó a Ecuador. Lo hizo en un jet privado, generando muchos comentarios en redes sociales: “Todavía no es mío”, asegura riéndose.