La golfista Ecuatoriana Daniela Darquea logró lo que se había propuesto para su segunda participación en el US Open, el torneo máster de golf más importante a nivel profesional. La deportista lo disputó el último fin de semana en Alabama, USA y consiguió pasar el corte, es decir, entrar en el grupo de las setenta mejores del mundo.

Con esta participación confirmó que su decisión de no asistir a los Juegos Suramericanos, valió la pena, pues esto le otorga derecho a ser parte de otras citas del tour de la LPGA (AsociaciónAsociación Profesional de Golf Femenino, por sus siglas en inglés) y seguir sumando puntos en el ranking de dicha asociación, donde Darquea es la única ecuatoriana.

Tras el incidente que vivió la golfista con el Ministerio del Deporte, que la excluyó del Plan de Alto Rendimiento, siendo calificada de indisciplina por elegir esta competencia antes que los Suramericanos, ella sólo valora lo positivo que dejó el problema. “Yo no me imaginé que se iba a hacer algo tan grande, pero sirvió para sentirme súper querida, primero por mi familia y mis amigos y también por todos los ecuatorianos. Nada más eso me basta. Les agradezco mucho a todos”, dijo a EXTRA.

Para la golfista lo ocurrido significó una motivación adicional. “Si me dio iras lo que pasó y me entraron más ganas de que se den cuenta de que el golf es un deporte importante y también diferente. Un golfista no puede dejar de asistir a un torneo profesional por ir a unos Suramericanos”, comentó la jugadora.

Ahora sólo quiere dar vuelta la página y seguir viviendo su pasión. Hace poco, Daniela se graduó de la universidad y hoy es una golfista a tiempo completo. “Yo estoy aquí compitiendo por mí. No lo hago por la Federación, ni por el Ministerio, ni siquiera por mi mamá o por mi entrenador, lo hago porque me hace feliz jugar golf, porque siempre soñé ser golfista profesional”, dijo desde Estados Unidos.

Darquea continuará en competencia las próximas semanas en el país norteamericano y después regresará a Quito, donde entrena en el campo del club Arrayanes. Con apenas 23 años, metida en la élite del golf femenino, la quiteña cuenta con una gran proyección y ahora espera concretar mayor apoyo económico privado para continuar compitiendo en el top mundial.