Deportivo Cuenca, el único sobreviviente ecuatoriano en la Copa Sudamericana, arribó a Río de Janeiro este lunes 1 de octubre para preparar el encuentro de revancha ante Fluminense, luego de que el cuadro brasileño se impusiera por 0-2 en Quito. El cuadro de Richard Páez sueña con una verdadera hazaña en el Maracaná, pues será muy complejo dar la vuelta esta llave. Se enfrentan el jueves, a las 17:30.

“Ahora nos toca superar lo imposible, para eso fue que vinimos”, aseguró el estratega venezolano, quien planeaba este encuentro de otra manera, pero terminó con la extrema necesidad de salir con todas sus armas a la revancha debido a la derrota y con dos tantos en contra, que pesan mucho en estos encuentros de ida y vuelta.

El técnico sabe que tiene cuesta arriba la clasificación a cuartos de final, pero transmite mucha confianza en su plantilla: “A este equipo lo hemos preparado para competir y Dios quiera que podamos sacar a relucir esa capacidad de nuestros jugadores”. Además apela a un empujón de pura fe, la que “nunca se pierde, porque mueve montañas y da resultados”.

Tras un viaje cansado, con escalas en Guayaquil y después en Bogotá, la delegación descansará la mañana de este lunes y durante la tarde cumplirá su primer entrenamiento. Lo hará en el Centro de Fútbol de Zico, cerca de la costa carioca, a unos 40 minutos del Maracaná.

El equipo entrenará en el mismo lugar el martes. El miércoles también hará una practica allí, pero en la noche se tiene previsto el reconocimiento del escenario en el que se jugará el partido. Ya el jueves, los morlacos permanecerán concentrados en el hotel hasta la hora de partir para el decisivo duelo.