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Los jugadores del Deportivo Quito viven un calvario

Algunos futbolistas de la AKD están endeudados. Muchos no han tenido dinero ni para comer.

CARLOS ESPINOSA D QUITO

Walter Iza llega con toda su familia al complejo del Deportivo Quito. El jugador se baja de un auto pequeño para reunirse con otros futbolistas y buscar una solución al momento económico por el que atraviesa el equipo hace varios meses y que terminó con la pérdida de categoría.

El ‘Conejo’, como se le conoce, esquiva las cámaras. Ya no quiere hablar de la situación. Está cansado. “Queremos soluciones”, explica mientras ingresa a la concentración. Ahí están sus compañeros.

Iza vive una situación difícil. No aguanta más con la deudas. Sobretodo, el colegio de sus hijos. “Estoy realmente endeudado con las pensiones de mis hijos. Hemos pedido tiempo y dinero para cancelar. Esto es insostenible y más cuando el equipo desciende y no hay una solución al tema de manera definitiva”, explicó el delantero.

En su camioneta roja llega el capitán Santiago Morales. Minutos antes de su arribo manifestó telefónicamente que su situación es diferente a la de sus compañeros de equipo. En varias ocasiones él asegura haber ayudado con recursos a los jugadores de provincia que vivían en el complejo. “Ahorré, viví de otra manera la situación, pero sí me preocupaba por mis compañeros. A veces, ellos no tenían qué comer. Ahora todos están con sus familias, en sus provincias. No se sabe qué va a pasar, si pagarán algo de los meses que deben”, afirmó.

Son pocos los futbolistas ‘chullas’ que están en Quito. Algunos viven con sus padres, otros están en Machala, Ibarra, Babahoyo. Por ejemplo, Carlos Espinoza se alistaba para viajar hasta El Juncal, en el Valle del Chota. Ahí dejaría la camioneta a sus padres. Él está de acuerdo con usar su vehículo para traer mercadería desde Colombia y venderla junto a su madre, quien es comerciante.

“Yo no tengo lío de trabajar en lo que sea. La camioneta se va para mi tierra donde se utilizará para el comercio. Debo buscar alguna manera de traer dinero a mi hogar y esto es una manera decente de hacerlo”, decía el jugador. Él necesita 800 dólares mensuales para subsistir con su esposa e hijos.

Espinoza abrió las puertas de su hogar a EXTRA. Lo primero que indica es la refrigeradora vacía. En su interior solamente hay un queso y una funda de leche. El arquero ‘chulla’ comentó que hace dos meses, la nevera no está llena. “Tuvimos que dejar de comprar productos que uno necesita como futbolistas. Mi suegra se encarga de alimentar a los niños. Algunos amigos del barrio me ayudan con comida para mí. No hemos tenido dinero para llenarla como se debe”, dijo.

Al jugador le deben seis meses. La última vez que cobró un sueldo fue en marzo. Fue una quincena que no duró muchos días. Prefiere no hablar sobre lo que el club le adeuda. “Gracias al trabajo de mi esposa y la ayuda de nuestros familiares logramos salir de esta situación que me puso en desesperación. Era muy complicado vivir así”, dijo antes de viajar a Ibarra.