Deportes
‘Ecuador, hincha de paz’ una tarea pendiente de fanáticos y autoridades
El Ministerio del Interior insiste en su proyecto para que a estos grupos “no los miren como ‘barras bravas’ sino como barras organizadas”.

Hinchada con bengalas durante el encuentro entre El Nacional y Liga de Quito.
El último fin de semana dejó una muy mala sensación para quienes llevan adelante el proyecto ‘Ecuador, hincha de la paz’, que pretende erradicar la violencia en los estadios del país y eliminar la idea de que las barras organizadas significan un peligro.
Pero peligro fue justo lo que generó la ‘Marea Roja’ en el estadio Olímpico Atahualpa el domingo 31 de marzo al lanzar bengalas desde la general sur. Del incidente hubo daños materiales por la quemadura de parte de la pista atlética del escenario y además, al menos dos policías fueron agredidos cuando pretendían detener a los responsables.
En la última jornada también hubo incidentes en Cuenca, donde miembros de la ‘Crónica Roja’ insultaron y amenazaron a los jugadores del Deportivo Cuenca antes y después del partido. La dirigencia ‘colorada’ rechazó estos actos y advirtió que hará uso del derecho de admisión si es que insisten en este comportamiento.
Insultos también se escucharon en el estadio Gonzálo Pozo en el partido del Deportivo Quito. Fue la reacción de la “Mafia Azul Grana’ contra un jugador del Cuniburo, a quien le dijeron de todo, amedrentando desde las gradas.
A estos recientes actos violentos hay que sumar otros de este mismo año como la terrible gresca en el Monumental entre dos facciones de la ‘Sur Oscura’ que dejó varios heridos y por la que incluso se debió suspender un partido de Barcelona; y la visita de la ‘Muerte Blanca’ a un entrenamiento de Liga para exigir buenos resultados.
El diálogo, el primer mecanismo
En cuatro meses no se tiene las mejores referencias en este tema, pero el Ministerio del Interior insiste en su proyecto para que a estos grupos “no los miren como ‘barras bravas’ sino como barras organizadas”. Miguel Racines, el delegado ministerial a cargo de ‘Ecuador, hincha de la paz’ afirma: “queremos quitar la idea de que son delincuentes”.
Pero cada vez es más complicado mirar a estas barras como simples grupos de hinchas. El trabajo del Ministerio del Interiror ha hecho que las barras tengan las reglas claras, porque ellos saben que sus actos tienen consecuencias, como la de no poder llevar instrumentos si se han portado mal en un partido previo e incluso que su equipo juegue a puerta cerrada. Pero eso no ha detenido a los violentos.
Más allá de talleres y reuniones constantes con los líderes de las barras, las autoridades todavía no son capaces de controlar al cien por ciento a los fanáticos una vez que han ingresado al escenario.
El método principal para lograr erradicar la violencia ha sido el diálogo, y Racines defiende que ha funcionado, poniendo como ejemplo a la ‘Boca del Pozo’. “Con la barra de Emelec es con la que más avances hemos tenido, con talleres en donde les explicamos todo lo que no deben hacer y las consecuencias”. Con los hinchas ‘millonarios’ ya han conseguido algo clave, el padrón de miembros de la barra.
La idea es lograr que todas las barras entreguen los nombres de sus hinchas, “no con el afán de perseguirlos”, sino para facilitar lo que sigue siendo casi imposible para el Ministerio del Interior, identificar de forma especifica a quien provoque desmanes.
Impunidad
El Ministerio del Interior reconoce que no se ha logrado justicia en los casos de violencia, pero creen que no ha sido por falta de efectividad de los agentes policiales. Incluso piensan presentar un reclamo formal por el accionar del Consejo de la Judicatura y la Fiscalía, pues “a semana seguida la Policía realiza su trabajo, los detiene (a los hinchas violentos), pero no tienen ninguna pena”.
Miguel Racines se indigna al pensar que lo único que ha logrado tras los operativos es dejar “un mensaje de impunidad”, pues todos los que fueron detenidos quedaron en libertad. Y aún si fueran condenados, “en el peor de los casos son cien horas de trabajo comunitario”.
El delegado está a cargo del proyecto desde el año pasado, pero esta iniciativa nació hace cuatro años con José Francisco Cevallos como Ministro del Deporte. Aunque Racines aclara que “sí se han reducido los índices de violencia”, también reconoce que el trabajo debe completarse con una ley más severa para estos casos.