Este martes 10 de octubre, el Olímpico Atahualpa será el estadio que todo el mundo observará. Lo que allí suceda entre Ecuador y Argentina será noticia internacional, porque la Tri puede retirar a Leo Messi, el mejor jugador del mundo y quizá de la historia del fútbol, de la albiceleste.

La altura, el rendimiento bajo del elenco argentino y la motivación de la renovación del combinado ecuatoriano hacen creer en una noche de ilusión para nuestro país, que lamentablemente ya solo se puede contentar con acabar las eliminatorias con un buen sabor de boca tras la eliminación.

La mala imagen que dejó Ecuador en el camino a Rusia es ya insalvable. Sin opciones para subir al séptimo puesto, con la menos puntuación desde que las eliminatorias se disputan con el actual formato y con las incontables polémicas entre dirigencia y plantel. Aun así, hoy se pondrá en juego también el futuro del equipo de todos.

Jorge Célico ya dejó entrever su visto bueno a continuar en la Tricolor hasta 2022, a pesar de que siempre declararon que sería seleccionador interino. Por tanto, un triunfo convincente esta noche de Ecuador daría alas a la Ecuafútbol y al técnico argentino para ligar una unión, imitando el modelo de Venezuela, en el que Rafael Dudamel se hizo cargo de las categorías inferiores y de la selección mayor.