El torneo que empezó como un proyecto académico para Andrés Larrea, presidente de la Liga Nacional de Ecuavóley (LNE), y Mateo Miranda, gerente de la institución, terminó convirtiéndose en una competencia histórica. La primera edición superó todas las expectativas y dejó asegurada su continuidad gracias al respaldo de la empresa privada.

Larrea resaltó la organización de la jornada final en el coliseo Abel Jiménez Parra de Guayaquil, donde además del partido decisivo se vivió un Ecuashow, espectáculo de medio tiempo inédito en este deporte. “Nunca en Ecuador se había hecho un show de medio tiempo en un partido oficial de otro deporte y menos en uno ecuatoriano. Eso marca un antes y un después en cuanto a espectáculos deportivos”, señaló.

Identidad y proyección

La final entre Astilleros y Tsáchilas cerró un campeonato que demostró el potencial del ecuavóley como marca país. “Este deporte tiene mucho potencial. Vimos una forma de trascender, de dejar un legado y convertir al ecuavóley en un símbolo ecuatoriano”, añadió Larrea.

Uno de los sellos de la LNE es su identidad nacional. Incluso, los organizadores buscan que el eslogan “Hecho a la ecuatoriana” refleje calidad y planificación, rompiendo con estereotipos negativos.

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Formato innovador y sueldos para jugadores

El torneo se dividió en cuatro zonas con representación de 14 ciudades. Para el 2026 se mantendrá la misma cantidad de equipos (16), pero se busca ampliar la duración de la temporada, que este año se extendió por tres meses.

Un hecho destacado fue que los jugadores recibieron sueldos mensuales, transporte, hospedaje y uniformes, algo inédito en este deporte. “La LNE ha sido un sustento para los jugadores; un 95% cumplió su contrato a cabalidad porque vieron la magnitud del proyecto”, afirmó Larrea.

Audiencia y asistencia récord

La transmisión exclusiva por Zapping colocó al ecuavóley en el mismo canal que el fútbol de primera categoría. Más de 1,5 millones de personas siguieron el torneo, con un repunte en semifinales y final.

En cuanto a público en vivo, el promedio fue de 1.500 asistentes por partido, un indicador clave para que las marcas auspiciantes confirmen su permanencia y nuevas empresas se sumen.

“El torneo 2026 está garantizado porque las marcas han visto el éxito de esta primera edición”, concluyó Larrea.

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