El pitazo inicial de la temporada 2025-2026 en la Premier League trajo consigo un nuevo desafío para Moisés Caicedo: demostrar que su influencia en el Chelsea va mucho más allá de la técnica, que su presencia en el mediocampo puede decidir títulos y marcar historia.

El ecuatoriano debutó con un empate 0-0 ante el Crystal Palace en Stamford Bridge, un partido donde su capacidad de control, recuperación y distribución del balón dejó en claro que está listo para la batalla larga que se avecina.

La responsabilidad de ganar todo con el Chelsea

Con 23 años y un contrato que lo ata al club hasta 2031, Caicedo llega con hambre de gloria. Su salario anual de 12,3 millones de dólares lo sitúa entre los mejor pagados del equipo, pero su verdadero valor se mide en su capacidad de transformar cada partido con visión, inteligencia y energía.

La pasada temporada fue elegido Jugador del Año del Chelsea y también recibió el galardón de Jugador del Año de los Jugadores, dejando claro que es un líder dentro y fuera del campo.

Esta campaña, el volante ecuatoriano encara cuatro frentes: Premier League, FA Cup, EFL Cup y Champions League, torneo que sueña conquistar. El Chelsea ganó la última Champions tras la histórica final de 2020/2021, donde derrotó al Manchester City por 1-0.

“Es un sueño hecho realidad y una sensación increíble”, confesó Moi sobre la experiencia de jugar su primera "orejona", pero su mirada está puesta en nuevos desafíos y en superar su propio nivel.

Caicedo ya sabe lo que ser campeón con el Chelsea

Tras levantar la Conference League y el Mundial de Clubes en la temporada pasada, Caicedo llega con la misión de elevar al Chelsea a la cima de Inglaterra y Europa. “Voy a tratar de jugar incluso mejor que la temporada pasada”, aseguró, demostrando ambición, confianza y determinación.

La temporada 2025-2026 no es solo un calendario más: es la oportunidad de Moisés Caicedo para consolidarse como uno de los mediocampistas más completos de Europa, liderar al Chelsea hacia los títulos que la afición anhela y dejar su huella imborrable en la historia del club y del fútbol ecuatoriano.

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