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Diario Extra Ecuador

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¡Caminata barcelonista en honor a las 12 víctimas que murieron en accidente de tránsito!

Misas y caminatas en honor a los que se fueron hace un año.

Los Maji, Nicolás su hermano y María su madre con la herencia que les dejó el barcelonista.

Los Maji, Nicolás su hermano y María su madre con la herencia que les dejó el barcelonista.Archivo / Extra

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A José Ignacio Maji Maji pocos lo conocían así. Solo en su familia. Sus amigos le decían Evo, porque decían que se parecía al presidente de Bolivia, Evo Morales. Vivía en la ciudadela Santa Mónica, al sur de Guayaquil. Amó a Barcelona hasta la muerte. Sus familiares le hicieron una misa el sábado pasado en su honor y el lunes también hubo otra en homenaje a todos los fallecidos.

Antes del partido ante Fuerza Amarilla, habrá una caminata desde el Malecón del Salado hasta el estadio Monumental.

Evo fue una de las 12 víctimas que perdieron la vida en el accidente de tránsito que sufrió un grupo de hinchas del Ídolo cuando regresaba de Cuenca a Guayaquil, el 12 de agosto de 2018.

Maji tenía 29 años y compartía su vida con Alexandra, su pareja. Ella, también seguidora del equipo canario, se salvó de morir en el bus que se accidentó ese fatídico día.

SU HERENCIA

En su casa ubicada en el sur porteño, María, comerciante y madre de Evo, atesora la ‘herencia’ que su hijo dejó: 50 camisetas de Barcelona. Hay de diferentes modelos y colores. Una de ellas resalta porque está repleta de autógrafos de los jugadores del Ídolo.

Lo único que su madrecita sabe de fútbol es que los hinchas hacen cualquier cosa por seguir a su equipo. Y lo aprendió porque su hijo se desvivía por el club amarillo.

Evo era el hincha más popular de su barrio, sus amigos lo querían, porque cuando estaban chiros, Maji les prestaba billete. Quienes tenían más confianza con él lo llamaban cariñosamente ‘Evo chulquero’. Existen gorras con ese apodo y las lucen sus amigos de la barra Los Vagos de la 9.

Su amor por Barcelona comenzó cuando vivían en las calles General Gómez y Tulcán. Él y su hermano Nicolás vendían helados en el Monumental cuando jugaba el Ídolo.

Evo se distraía del trabajo y dedicaba a cantar con la barra Sur Oscura.

UN PEDIDO ESPECIAL

María llora al ver las camisetas de Barcelona. Agarra una especial que siempre utilizaba su hijo para ir al Monumental.

Meses antes de la desgracia, José Ignacio compartió con sus allegados un deseo especial, pero que muchos lo tomaron como una más de sus locuras por Barcelona. “Espero que hagan realidad mi sueño: cuando muera quiero que me saquen cargado del ‘templo’ del Monumental. Luego que mi madrecita le entregue mis camisetas a mi hija cuando cumpla 15 años como regalo”, recuerda Nicolás Jami, hermano de José Ignacio.

Su madrecita llora cuando rememora aquel pedido lleno de sentimentalismo y pasión de su querido hijo.

Denisse Alexandra tiene 10 años y es la hija de José Ignacio. Ella mantiene viva la memoria de su papá a través de una foto de él enmarcada en un portarretrato.

“Todo cambió en casa, la locura de Barcelona la ponía José. No tienen idea cuánto amaba al equipo, se iba de viaje a todas partes, a veces que no tenía dinero, pedía prestado. La última vez me dijo que le prestara cinco dólares”, menciona Nicolás.

Y para recordarlo por siempre esta semana sus panas del barrio pintaron el escudo del Ídolo junto a su vivienda.

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