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Independiente del Valle logró coronarse campeón de la Copa Sudamericana luego de vencer en un vibrante encuentro a Colón de Santa Fe. Es su primer título profesional.AFP

¡Independiente, el rey de la Sudamericana!

Independiente del Valle logró coronarse campeón de la Copa Sudamericana luego de vencer en un vibrante encuentro a Colón de Santa Fe. Es su primer título profesional.

Ni el torrencial diluvio en Asunción pudo detener a la máquina del Valle. Independiente tomó revancha de aquella final perdida en 2016, por Copa Libertadores, y se quedó con la corona de la Copa Sudamericana, al derrotar de forma contundente a Colón de Santa Fe argentino.

La Nueva Olla acogió un espectáculo inédito en el fútbol sudamericano. La primera final única abría su telón en Paraguay y toda la apertura, llena de música y color, denotaron un ambiente de definición. Algo histórico estaba por suceder.

Independiente del Valle y Colón iban tras la gloria eterna, pero solo uno logró construir, alrededor de los 90 minutos, el camino al trofeo y esos fueron los ecuatorianos.

Los dirigidos por Miguel Ángel Ramírez diseñaron el partido perfecto. Control total de la pelota, dominador de las acciones y el que supo en qué momentos acelerar.

El toque fluido y la transición línea por línea, dibujaban la paciencia e intención de Independiente. La idea no era lanzar pelotazos, sino manejar el encuentro y encontrar espacios en el parea santafesina.

Pero no tenía mucha profundidad el equipo del Valle. Colón se aislaba en su área e impuso una muralla de defensores para quitarle claridad al juego de Independiente en ofensiva.

Los argentinos eran fieles a su idea de juego y mientras la lluvia se intensificaba, Independiente seguía moviendo los hilos. Pero todo se transformaría a través una pelota parada.

Tiro libre. Hernán Pellerano concreta un centro preciso que halló la cabeza de Fernando León. Pelota adentro, delirio rosa y el trofeo tan anhelado empezaba a tener dueño.

La lluvia no quería perderse este partido y apareció para frenarlo durante 50 minutos aproximadamente. El gramado de la Nueva Olla parecía una piscina, pero el diluvio cesó y se pudo reanudar las acciones.

¿Favorecería o perjudicaría esta paralización a Independiente del Valle? La interrogante la respondió, 10 minutos después de la vuelta, John Sánchez con su gol y una corrida olímpica.

El VAR tampoco quedó fuera de la final y, más allá de favorecer a Colón con una pena máxima bastante polémica y debatible, sirvió para enaltecer esta gesta. Jorge Pinos le negó el gol a Luis Miguel ‘Pulga’ Rodríguez y parecía estar escrito: esta copa tenía un destino y era Sangolquí.

Colón iba a tener una opción más para vivir. Mediante un tiro de esquina, Emanuel Olivera saca un pirueta y envió la pelota al fondo de la red. Los minutos adicionales iban a ser de pura tensión, pero que tendrían un final feliz para los ecuatorianos.

La estocada final llegó de un contragolpe imperdonable. Cabeza recibe una pelota y solo, con el portero, se la cede a Dájome que con el arco servido, puso el 3-1. La final ya estaba sentenciada.

Independiente fue el del control, los goles, la fantasía, el fútbol y el aplauso. La profecía del ‘Futuro campeón’ que reza su eslogan, la cumplieron empapados de gloria.