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EXTRA le hizo la primera entrevista en el Capwell.Fotos: Archivo / Extra

Iván Kaviedes, el Lunes Sexy y las verdades que parecían mentiras

EXTRA le hizo la primera entrevista en el Capwell. Iván Kaviedes nos aseguró que iba a ser goleador y nos iba a clasificar al Mundial con un gol suyo. No le creíamos, pero tenía la razón.

Era 1997 y entre los periodistas deportivos se corre el rumor de que hay un jugador en Emelec. Los datos nos dan indicios de que ahí había un personaje con una gran historia: que había perdido a sus padres, que era bien flaquito, pero con una técnica nunca antes vista en estas tierras.

De quien hablaban era de Jaime Iván Kaviedes.

Año 1998. Estadio Capwell, termina el entrenamiento. Estábamos listos para la entrevista y el fotógrafo, Freddy Rodríguez, no llegaba. El tipo andaba realizando coberturas en crónica roja o para Lunes Sexy.

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Esperamos media hora más. Kaviedes se quedaba afinando la puntería con dos utileros. Eso era nuevo para nosotros, porque los jugadores lo que más desean es irse rápido al camerino, pocos entrenan más allá del horario oficial.

LUNES SEXY DE KAVIEDES

Kaviedes se dirige a la media cancha, justo llega el fotógrafo y pide que primero se hagan las gráficas, que él es el ‘jefe’. Freddy tiene esa forma de hacer las bromas.

“Panita, ¿usted es el fotógrafo de Lunes Sexy o de Crónica Roja? ¿Te puedo pedir un favor? No me pongas junto a los muertos, mejor al lado de una chica”, le dice Kaviedes.

Creo que no era un buen día para el cronista gráfico, pues le respondió al joven Kaviedes, alzándole la voz y diciendo: “A ver, flaquito, tú mandas en la cancha y yo en la cámara, ponte ahí y ríete”.

Me quedé frío. Kaviedes se quedó helado, ensayó su mejor sonrisa, el fotógrafo hizo tres clics y se fue.

¿ESTABA SOÑANDO DESPIERTO?

En realidad, la entrevista buscaba conocer el lado humano del ese muchacho, de su llegada a Guayaquil, que su tío lo había traído, de cómo había sido su vida hasta ese entonces.

El flaco Kaviedes hablaba con una seguridad increíble. Soy sincero, muchas de sus respuestas no las creí. Todo lo que me decía sonaba a fábula, a que me estaba tomando el pelo. Pero con el pasar de los años, todo lo que me dijo resultó verdad.

Han pasado 22 años y el momento fue así.

“¿Sueños de Jaime Iván Kaviedes?”, fue mi pregunta. Él, quien luego sería conocido como ‘El Nine’, me respondió así de fácil: “Quiero ser goleador con Emelec, romper el récord de Ángel Liciardi y salir al extranjero”.

Cómo le íbamos a creer, todo eso sonaba a mucho. Soñaba en grande y, de no ser por la seguridad con la que soltaba cada frase, casi sentía que se trataba de un fanfarrón. Le di el beneficio de la duda por su temple al hablar.

Otra pregunta: “¿La gran meta de su carrera?”. Kaviedes se manda un gol olímpico y replica: “Quiero ir a la selección de mayores, porque sé que con un gol mío vamos a ir a nuestro primer mundial”.

Les confieso que dudé en publicar esa pregunta con su respectiva respuesta. No parecía entrevista, lo que contaba era una novela épica. ¿Ese flaquito llevaría al Ecuador a su primer mundial?

Cinco años después, en la tarde del 7 de noviembre del 2001, Kaviedes hacía el gol del 1-1 ante Uruguay y Ecuador clasifica a la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002. Ese día lloré de la emoción y del coraje.

KAVIEDES, NUNCA MÁS

Retrocedamos a 1998. Kaviedes comenzaba a ser la estrella que iba camino a los 43 goles, el récord histórico.

Yo sacaba pecho entre los colegas: la primera entrevista a él se la hice yo, que a mí me había dicho tantas cosas ‘pepas’ que solo se esperaba que se hagan realidad.

Iba a los entrenamientos del Emelec y el flaco dejaba un rato de entrenar y saludaba, pensé que el contacto con el jugador seguía y seguiría vigente. Pero todo era cuestión de que la fama le llegue.

Y la fama estuvo de su lado, pero yo perdí.

Pedro Peralta era nuestro editor general y recibió la denuncia de una chica del Guasmo de Guayaquil, quien acusaba a Kaviedes de no ayudar a cubrir los gastos de la linda hija que tenía con ella.

“Tú, que conoces a Kaviedes, debes de hacer la nota”, me dijo. Al otro día, una doble página en crónica roja, dañaba la relación periodista-jugador.

Una tarde, en el Capwell, el Flaco dijo que nunca más me iba a dar una entrevista y que mejor ni lo saludara.

Fin de 1998. El Kaviedes goleador nunca me dio la entrevista, solo contaba los goles.

En 1999 se fue a Perugia, Italia. Año 2001, Kaviedes nos lleva al Mundial y yo me quedé con el cuestionario de preguntas.

Veinte años después, año 2019, nos encontramos en el norte de Guayaquil, el tiempo había pasado. Iván Kaviedes conoció la fama y la gloria, también los escándalos y las críticas. Sin embargo, el ‘Nine’ da la impresión de que sigue siendo el mismo joven que conocí en el Capwell, con las mismas ganas de madurar y hacer cosas por la vida, solo que ahora tiene 44 años. Sigue usando las mismas camisetas de color blanca, sin marcas ni bolsillos.