Álvez: tatuajes, amor y odio

Jonatan Álvez está de regreso en Barcelona. Le dicen ‘el Loco’, apodo que se lo ganó dentro y fuera de la cancha.

Usa el 44 en su camiseta y del uruguayo todo se puede esperar, pero lo que no está en tela de duda jamás es su entrega en la cancha.

Tiene 31 años y en el equipo que mejor le ha ido es el Ídolo.

Aquí te tenemos 5 claves para entender mejor al delantero amarillo:

TATUAJES

De niño veía como los jugadores se ganaban la vida ‘trabajando en la cancha’ y él se propuso ser uno de ellos. Cuando logró ser un profesional se tatuó la frase: “De niño soñé que esto mantendría a mi familia”.

MADRE

Yulamay Álvez, es su madre. Gracias al fútbol le ha podido dar todo lo que ha soñado. Desde comprarle una casa, hasta ver el enojo cuando Jonatan comenzó a tener esos peinados locos. Una vez le dijo a EXTRA que cuando su mamita vio a la hinchada de Barcelona por televisión se le erizó la piel.

EN MOVIMIENTO

Álvez es como un niño inquieto: no puede estar tranquilo. Siempre está en movimiento o haciendo travesuras. Las bromas a sus compañeros es lo que le gusta siempre realizar.

ODIO

Cuando no le salen las cosas o falla el gol, le da por golpear con sus manos la cancha. “Soy así. Uno trabaja para no errar en los partidos, pero como somos seres humanos, obviamente, fallamos. Y por eso me empeño para mejorar día a día.

AMOR A BARCELONA

Una frase que le gusto a la afición amarilla fue: “Cada partido es un desafío y una final. En Barcelona se toman así los cotejos, todos son a muerte. Y eso uno lo respeta en el campo de juego. Me siento fastidiado cuando no salen las cosas, siempre he sido así.