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Julio Castillo no solo boxea, también cocina

Julio César es vicecampeón mundial de box de los 91 Kg. El atleta también quiere ser chef.

En el ring es capaz de darle con todo al rival. Sus manos parecen de acero. Una vez que empuña su mano, el golpe viene fuerte. Es el vicecampeón mundial de los 91 kilogramos, Julio César Castillo, el púgil amazónico que en el pasado Mundial que se realizó en Rusia le dio al país la única medalla de plata que tenemos en la historia de estos eventos.

Esas manos que en los entrenamientos y combates son capaces de destrozar al rival, también son las que le ponen la sazón cuando se trata de cocinar.

Castillo tiene dos sueños por cumplir, el primero es llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y darnos una medalla dorada; y el segundo, ser un chef profesional, porque, según él, cocina rico.

EXTRA conversó con el boxeador que hizo vibrar al país y ahora se concentrará en el Centro de Entrenamiento de Alto Rendimiento de Río Verde, en Esmeraldas, porque tiene previsto competir en Serbia y Rusia en noviembre próximo.

¿En qué cambió su vida después del Mundial de Rusia?

En la motivación, estoy con más ganas, pero la vida en el resto sigue igual, con más ilusiones.

¿Qué se siente estar en la mira del mundo disputando la final de un evento tan importante?

Mucha alegría, un orgullo tremendo, porque representaba al país en lo máximo del box. Además, me daba cuenta de que había valido la pena el esfuerzo y las cosas que pasaron. Todo lo que sucedió me sirve de mucho.

¿Qué pasaba por su cabeza durante la pelea por el cetro? Estaba más que concentrado en la pelea, en este tipo de competencias la concentración debe ser en todo, no puedes dar ventaja por nada. Tienes que ser muy positivo. Pasarán los años y la gente seguirá viendo que Castillo le dio al país la medalla de plata. Es como un legado que les dejo a mis hijos, mi familia y el país. Quiero que mi familia se sienta orgullosa de lo que hizo su papá.

¿Por qué eligió el boxeo y no otro deporte?

Tenía tíos y primos que practicaban este deporte. Siempre me gustó, pero no por dar puñetes, más me agradaba como el boxeador trataba de que no le peguen, eso es lo que más me llamaba la atención. Vivía en el Coca (Francisco de Orellana) y me tocó ir al Tena (Napo) para entrenar con el profesor Cirilo López. Ahora está rumbo a la eliminatoria olímpica. Estoy enfocado y concentrado por demás, ahora se viene la eliminatoria, donde debo dar todo de mí.

Si le menciono Tokio, ¿qué pasa por su mente?

Mi presente y futuro, quiero dejarle un legado al país en el box. Tengo que trabajar mucho para hacerlo realidad, pero no solo pienso en mí, estoy seguro de que después de 10 años de hacer algo bueno en Tokio quiero seguir en el box dirigiendo o en la parte de la directiva de este deporte. Tengo que hacerlo por el bien del box.

Tiene un tatuaje de los anillos olímpicos relacionados con Londres 2012, ¿se realizará más?

Este evento fue en 2012, pero falta que me haga el de los Juegos Olímpicos de 2016 y con la ayuda de Dios tengo que ir a Tokio 2020 para poder tenerlos todos en mi mano y con eso cierro el tema de los tatuajes.

Si no era el boxeo, ¿qué habría sido de Julio César?

Creo que trabajaría en lo que se presente. Laboraba recolectando cartones (Coca). También en la construcción, debido a que tenía que estudiar, seguro que si seguía fuera un profesional en la parte académica.

¿Ayudaba a su mamá?

Tenía que hacerlo y me gustaba. Cuando me fui a Tena me dediqué al boxeo, pero regresé y seguía laborando. A los 18 volví de lleno al boxeo y quedé campeón nacional. Era tarde ya en edad (para ese disciplina), pero tenía ganas y me había enamorado de este deporte. Me sentía en deuda conmigo. Ni idea de que iba a darle al país una medalla en el Mundial. Regresé al box porque era mi pasión. Me metí de lleno en esto, comencé a mejorar y mira ahora donde estoy.

¿En qué posición jugaba en el fútbol?

No era excelente, un futbolista básico lleno de ganas, puedo decir que no han perdido a un Antonio Valencia, pero en el box me defiendo mejor.

Aparte del box, ¿qué desea hacer?

Quiero estudiar, me gustaría ser un chef profesional. ¿Qué tal es para cocinar? Me defiendo bien, un seco de chancho es el mejor plato que preparo, pero una cosa es decirlo, otra es que lo prueben. El encocado me sale excelente.

¿Qué plato de comida de los que prepara se merece una medalla?

Un seco de chancho con los secretos que le pongo. Créelo, me sale bien. Seguro que se comen dos platos. A entrenar, no queda más. Ya estoy enfocado en lo que debo hacer. En noviembre voy a competencias en Europa. Estamos preparándonos para Dios mediante clasificar a los Juegos Olímpicos.