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Integrantes de la Sur Oscura no paraban de cantar durante el partido.Extra

Así vivió la Sur Oscura Quito el partido

Alrededor de treinta personas se reunieron en un bar de la Plaza Foch para ver el Clásico del Astillero.

Fueron pocos segundos los que duraron en los asientos. Los seguidores de la Sur Oscura apenas estaban acomodándose, se levantaron inmediatamente para festejar el gol de Damián Díaz al minuto de juego. En el pequeño bar donde estaban reunidos los fanáticos ‘canarios’ se desató la locura al ver como su equipo ganaba muy temprano.

Los abrazos entre los integrantes se repitieron en la oscuridad de la sala. Andrés Cisneros, líder de la agrupación, buscaba a sus hermanos cercanos para celebrar la anotación. Algunas palabras fuertes acompañaban en la euforia, seguidos del tradicional canto del club.

El partido continuaba y la gente seguía llegando a la Plaza Foch. Eran ya treinta integrantes, algunos se habían escapado de sus trabajos ya que estaban aún con los ternos de sus respectivas instituciones bancarias. Otros en cambio entraban al apuro para buscar un asiento, pero fue imposible ya que el bar estaba lleno.

Andrés Tamayo, fue el encargado de ‘cobrar pasajes’, es decir pedir una colaboración a los seguidores para comprar alguna bebida para seguir apoyando a su equipo frente a Emelec. Cada acción de gol de Barcelona era un mundo de nerviosismo ya que se paraban de sus puestos, se tomaban la cabeza, pedían un vaso de cerveza para calmarse, cerraban sus ojos, pero era imposible estar tranquilo.

Miryam Ramírez llegó ya cuando habían transcurrido 25 minutos del primer tiempo. Uno de los integrantes de la barra se levantó para darle su puesto para que la guapa fanática, pueda ver el encuentro deportivo. Ella se sentó junto a los líderes de la agrupación, estaba muy cerca a la pantalla ya que quería escuchar el relato y ver con mayor claridad las jugadas de peligro.

Empezó el dominio de Emelec y todos comenzaron a analizar el partido. Pedían que salgan, que no jueguen muy retrasados, que saquen el balón del área de Máximo Banguera porque el gol del empate estaba muy cerca.

La euforia nuevamente se apoderó del bar al mirar como Marcos Caicedo anotaba la segunda conquista. Los vasos de cristal sonaban por los pisos, las botellas de cerveza se regaron por las mesas ya que todos se alocaron al gritar el gol. ‘Big Show’, uno de los integrantes de la barra, puso en orden al grupo al decir que estaba anulada la conquista. Todo volvió a la normalidad en segundos.

El partido culminó y todos salieron a la calle a festejar ya que el título quince para Barcelona está más cerca. Sus cantos y arengas a favor de su equipo se escuchaban por la zona rosa de la capital. Algunos fanáticos del Emelec sólo veían celebrar a sus rivales. (DC)