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Diario Extra Ecuador

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Salaberry fue el héroe de sus compañeros

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Redacción Quito
El temblor les sorprendió en Guayaquil. Lo sintieron fuerte, y la tranquilidad de su concentración saltó por los aires durante dos horas de nerviosismo en las que tuvieron que esperar para volver a la normalidad.
Los jugadores de Sociedad Deportiva Aucas descansaban en el hotel Oro Verde la noche del pasado sábado para enfrentar a Emelec el  domingo, pero todo cambió de pronto. Durante alrededor de dos horas, la plantilla y el propio Carlos Ischia esperaron en la calle hasta que finalmente pudieron regresar a sus habitaciones entre miedo y preocupación. 

CAOS TOTAL
La situación sorprendió a todos, pero apareció en escena Horacio Salaberry, defensa del ídolo capitalino, que se convirtió en un ‘héroe’ para sus compañeros. Tranquilizó a la plantilla en general, y especialmente a los más jóvenes del club, que fueron los más afectados y sorprendidos por el movimiento telúrico.
“Fue un caos total ya que las alarmas del hotel empezaron a sonar, los sensores de humo botaban agua por todos lados, las cosas se caían. Tuvimos que correr a las salidas de emergencia para abandonar el sitio ante una posible desgracia mayor”, comentó a Diario EXTRA el jugador y capitán del Aucas.

PASILLOS Y HABITACIONES
Apenas unos minutos después de poner pie en el edificio, las carreras y los gritos comenzaron. Y es que la delegación capitalina llegó a las 18:50 al edificio ubicado en pleno centro de la urbe porteña. Mientras recibían sus llaves para subir a las habitaciones y descansar, empezó el drama, todo empezó a temblar.
“Fue algo feo ya que a algunos compañeros les cogió en los pasillos, otros en sus habitaciones. Había gritos y miedo, yo tuve que estar tranquilo para calmar a los chicos, quienes intentaban comunicarse con sus familiares, pero lo primero era evacuar”, comentaba a este diario Salaberry.
No solo fueron los nervios. Según explica el defensor, ByronCastillo, juvenil ‘oriental’, se salvó de una desgracia mayor. Necesitaba cambiar la llave de su habitación. Mientras esperaba el ascensor para bajar ala recepción, el terremoto empezó.
Otro de los más afectados fue Joao Rojas, que en palabras de Salaberry “preguntaba por su familia, estaba muy nervioso, gritaba y tuve que calmarlo. Le di tranquilidad en un momento complicado”.

DOS HORAS
Después de las dos horas que pasaron en la calle, la decisión estaba tomada. Debían cambiar de hotel. Con miedo, fueron ingresando y accediendo a sus habitaciones para sacar las pertenencias y esperar la disposición del cuerpo técnico.
“Fue dramático. Después del terremoto nadie quería entrar, así que decidimos hospedarnos en otro hotel. Al día siguiente, al sentir las réplicas, todos queríamos salir de ahí por nuestras familias”, finalizó. (DC)

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