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  • Competidores cruzaron el río Napo en canoas al remo, sorteando corrientes y obstáculos.Yadira Illescas
  • Cocina sin Fronteras levantó la Mindala de Oro y celebró la épica jornada del centenario.Yadira Illescas
  • Después de navegar, los deportistas, debían seguir el trayecto a moto por un camino lleno de dificultades y hasta lodoso.Yadira Illescas

A toda velocidad y sin miedo: Mindala de Oro en Aguarico entre lodo, canoas y motos

La competencia icónica del centenario de Aguarico, combinó trotes, barro, un zapato perdido...Una jornada de pura adrenalina y orgullo amazónico.

El centenario de Aguarico se vivió a todo pulmón y corazón. La Mindala de Oro, inspirada en los antiguos mindalaes, comerciantes que recorrían la Amazonía uniendo pueblos, arrancó con furia desde Nuevo Rocafuerte. Corredores pisaban barro húmedo, algunos con zapatos, otros mojados, y uno siguió corriendo a "pata pelada" hasta la meta, como un verdadero guerrero.

El primer tramo fue a pura pierna sobre tierra resbaladiza. Cada paso era un desafío, cada resbalón, una oportunidad de mostrar fuerza y determinación. La multitud alentaba con gritos, tambores y banderas.

Un corredor perdió un zapato en el lodo, pero no se detuvo y siguió hacia la gloria.Yadira Illescas

El Napo y motores, una prueba fuerte

El tramo más esperado llegó rápido: el río Napo, donde los competidores cruzaron en canoas al remo, sorteando corrientes, ramas y el vaivén del agua. Cada brazada exigía equilibrio y fuerza; caer significaba perder segundos valiosos. Los atletas avanzaban concentrados, remando con todo el cuerpo y el corazón, rumbo al siguiente relevo.

Al salir del río, los participantes saltaron a las motocicletas. Lodo, polvo y curvas vertiginosas hicieron vibrar a Santa Teresita, el sitio donde las motos eran las protagonistas. Pilotos hombres y mujeres aceleraron sin piedad, derrapando, saltando y levantando olas de adrenalina que estremecieron la selva. Cada vuelta era un riesgo calculado, cada segundo, un desafío al límite.

El tramo final fue el trote hasta Tiputini, donde la comunidad esperaba con banderas, pitos y tambores. Allí, Cocina sin Fronteras, de la comuna Santa Rosa, cruzó primero la meta, levantando la Mindala de Oro: Karolay y Melvin Payaguaje, Jhonny Tsakime, Jonathan Sandiego, Galo Machoa y Paco Aguinda.

Detrás llegaron los valientes de Nuevo Rocafuerte (Barrio Rocafuerte Alto), luego Alta Florencia y finalmente Santa Teresita. Todos dejaron sudor, barro y corazón en cada tramo. "En Aguarico, esta Mindala quedará como leyenda: un testimonio de fuerza, unidad y espíritu amazónico", resaltó Juan Carlos Orellana, alcalde de la ciudad. 

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