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Viajaron "como marranos" por alentar a Independiente del Valle

El mediodía del lunes, un ecuatoriano cargando únicamente una mochila, una camiseta de Independiente del Valle y una bufanda, emprendió su viaje más especial. No necesitaba más equipaje, le bastó con la ilusión y con la paciencia para soportar 36 horas de viaje en autobuses comerciales. Desde Loja hasta Medellín, su enésimo ‘favor’ al fútbol ecuatoriano. Llegó la madrugada del martes, sin tiempo para más que correr por su entrada y disfrutar de la final “apoyando al fútbol ecuatoriano, que es mi único equipo”.
Su nombre es Juan Carlos Bustamante, un lojano que estuvo en el Mundial de Brasil apoyando a la Tricolor, y que desde 2008 tenía una espina clavada. No pudo acudir a la final de Liga de Quito, por lo que la de ayer no podía perdérsela por nada del mundo. Así, no lo pensó y agarró su primer autobús desde Loja hasta Guayaquil el sábado, donde pasó el fin de semana.
Ya con las fuerzas listas para su odisea, el lunes en la mañana inició la travesía. Viaje a Tulcán, continuó hasta Ipiales, frontera con Colombia, y en suelo colombiano se dirigió a Cali, para hacer su última escala y poner rumbo a Medellín. Bustamante cuenta que se encontró “con muchísimos hinchas de Atlético Nacional, pero la verdad que me trataron como amigo, demostrando que el fútbol es hermandad y amistad”. Incluso, el hincha más apasionado de Ecuador considera que “en Sudamérica todos somos hermanos y no hay problema entre hinchas”.