Balas en peluquería de Vilcabamba, en Loja: Joven de 26 años perdió la vida

La noche avanzaba con normalidad en Vilcabamba, parroquia turística del sur de la ciudad de Loja, cuando a las 19:30 del 24 de diciembre el estruendo de varios disparos quebró la calma del valle. El ataque ocurrió al interior de una peluquería, un local habitual para vecinos y transeúntes, que en cuestión de segundos se convirtió en escenario de violencia. En el lugar se encontraba Fernando Matthias Cortez Rengel, joven lojano de 26 años y propietario del establecimiento.

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Según las primeras investigaciones de los agentes de la Dinased , los agresores llegaron a bordo de una motocicleta. Uno de ellos descendió, ingresó directamente a la peluquería y disparó contra la víctima sin darle oportunidad de reaccionar. Afuera, su cómplice aguardaba con el motor encendido. La escena fue rápida y precisa: disparos certeros y una huida inmediata que dejó tras de sí miedo y desconcierto.

El herido fue auxiliado por personas que se encontraban en el sitio y trasladado de urgencia al hospital de Vilcabamba. Pese a los esfuerzos del personal médico, la gravedad de las heridas provocadas por el ataque armado terminó con su vida minutos después. La confirmación del fallecimiento corrió de boca en boca, mientras la Policía desplegaba controles y patrullajes en distintos sectores de la parroquia.

Durante aproximadamente ocho horas, unidades especializadas ejecutaron operativos coordinados para dar con los responsables. En medio de la madrugada, los indicios comenzaron a aparecer. A pocos metros del lugar del crimen, en un terreno baldío, fue localizada una motocicleta abandonada. El vehículo presentaba señales de haber sido rociado con combustible y detonaciones de arma de fuego, evidenciando un intento fallido por destruirlo y eliminar rastros.

La huida continuó a pie. En el trayecto, los sospechosos dejaron prendas de vestir y un casco, elementos que se sumaron a las evidencias levantadas en la investigación, entre ellas vainas percutidas, un arma de fuego, cartuchos sin usar y varios terminales móviles. Con base en estos indicios, los investigadores lograron ubicar a varias personas presuntamente vinculadas al hecho.

Vilcabamba, conocida por su tranquilidad, amaneció con un ambiente distinto. La peluquería, ahora cerrada y en silencio, quedó como un recordatorio de una noche violenta que marcó a esta parroquia de la ciudad de Loja y dejó una herida abierta en su comunidad.