El vicealcalde de Playas, Aldo Bernardo García Tomalá, falleció el pasado 28 de octubre de 2025, pero su pueblo no lo olvida. La comunidad de Engabao, en el cantón Playas, provincia del Guayas, de donde él era oriundo, celebró su cumpleaños como si siguiera vivo. Hubo música, comida, licor y profundo sentimiento. Fue un homenaje que conmovió a los presentes.

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Aldo García habría cumplido 44 años este 13 de noviembre, pero su familia adelantó el festejo para hacerlo coincidir con la finalización de la novena del rezo por el descanso de su alma, la noche del 9 de noviembre.

El ambiente fue una emotiva mezcla de fiesta y nostalgia. Desde temprano, familiares, amigos y vecinos se congregaron en el canchón del barrio Paraíso, donde él residía y tantas veces compartió con ellos. Lejos de ser un evento silencioso y triste, la celebración fue amenizada por la Aldos Band, orquesta que García fundó hace seis años justo el día de su cumpleaños, y por la artista La Toquilla, a quien él admiraba.

Durante el homenaje póstumo, la interpretación de la emblemática canción ecuatoriana Vasija de Barro, por parte de La Toquilla, conmovió profundamente a los asistentes. Este tema, considerado un himno al arraigo y la trascendencia del ser humano, simboliza el retorno del cuerpo a la tierra, de donde todo proviene. En ese contexto, su ejecución fue un acto cargado de significado, una manera poética de despedir al vicealcalde y de recordar que "la vida es apenas un soplo y, al final, todos volvemos a ser vasija de barro".

"Nosotros conectamos con las emociones de alegría y esperanza. Esta vez, era un homenaje póstumo y asumimos el reto de cantar, porque la música es parte de la vida y está hecha para eso. Me costó cantar, sentía mucha tristeza, pero me di cuenta de que, cuando yo me muera, probablemente querré un homenaje así, donde todos me canten cosas bonitas. La música es un hilo rojo que nos conecta con esta vida y la próxima", expresó La Toquilla.

Lanzaron globos y palomas

Después, entre aplausos, lágrimas y risas, lanzaron decenas de globos blancos y palomas como símbolo de paz y de que el espíritu del recordado funcionario sigue volando entre los suyos. "¡Feliz cumpleaños hasta el cielo!", gritaron los asistentes, mientras otros levantaban el vaso en su nombre.

No faltaron los platos típicos, el licor y las anécdotas. Cada brindis fue una forma de agradecer al hombre alegre, servicial y querido que fue en vida. “Él se ganó el cariño de todos, y esta fiesta es por lo que sembró”, dijo entre lágrimas Vicente Tomalá, uno de los vecinos, quien recordó que Aldo fue pescador artesanal y fue progresando, pero nunca se olvidó de su gente.

El homenaje póstumo causó sorpresa, pues no es común celebrar el cumpleaños de un difunto con tanta alegría. Sin embargo, para sus allegados fue la mejor manera de recordarlo: con la música que le gustaba, la gente que lo amaba y el pueblo que aún lo siente presente, afirmó Naldo García, uno de sus cuatro hijos.

"Como sus hijos, nos comprometemos ante Dios y ante ustedes a mantener vivo su legado, su nombre, su ejemplo y todo lo que él construyó con esfuerzo y pasión y que compartió con la comunidad. Seguiremos dando ayuda social a los grupos vulnerables como fue su deseo", expresó el joven en su intervención frente al público.

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