La noche del viernes 21 de noviembre se tiñó de miedo en el distrito Manta–Montecristi–Jaramijó. Javier Steven Plúa Vásquez, de 27 años, y su padre, Víctor Simón Plúa Mero, de 56, fallecieron frente a su vivienda luego de que dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta llegarán al sitio y dispararan directamente contra ellos. Los estruendos de las balas asustaron a los vecinos y los obligaron a refugiarse en sus casas, mientras la tensión se apoderaba del sector.

En cuestión de segundos, el temor se extendió por toda la ciudadela 20 de Mayo, un sector que este año ha sido repetidamente sacudido por ataques armados. Según la Policía Nacional, esta zona es considerada un punto de alta conflictividad debido a la pugna entre grupos delictivos que disputan el territorio para el tráfico de drogas. Esa disputa ha provocado varios episodios de violencia que mantienen en constante alerta a sus habitantes.

Los primeros indicios de la investigación

De acuerdo con los moradores, las detonaciones de ese viernes se escucharon a varias cuadras, generando un ambiente de confusión y pánico. Minutos después, agentes policiales llegaron al sitio y levantaron ocho casquillos de un arma de fuego calibre 9 milímetros como indicios para la investigación.

El jefe policial del distrito Manta informó que Javier Plúa tenía tres antecedentes penales, un dato que será analizado dentro de las hipótesis que se manejan para esclarecer el ataque.

Este hecho rompe 48 horas de relativa calma, tras los crímenes registrados el miércoles en los barrios Las Cumbres y Divino Niño, lo que confirma la continuidad de la violencia criminal en todo el distrito.

Con este doble crimen, el distrito Manta–Montecristi–Jaramijó suma 466 muertes violentas en lo que va del 2025. El promedio anual se mantiene en alrededor de 1,5 muertes diarias, una cifra que mantiene en alerta a las autoridades y llena de incertidumbre a la ciudadanía.

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