Las muertes violentas en Ecuador aumentaron un 36 % en comparación con el año pasado. Según cifras oficiales, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2025 se contabilizaron 6.763 asesinatos, frente a los 4.985 ocurridos en el mismo período de 2024. La estadística refleja un promedio alarmante: 25 personas asesinadas cada día en el país.

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El epicentro de la violencia continúa siendo el Distrito Metropolitano de Guayaquil, conocido como Zona 8 y conformado por los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón. En esta jurisdicción se han registrado 2.392 muertes violentas, lo que la convierte en la más golpeada por el crimen organizado.

A la Zona 8 le siguen otras provincias de la Costa, que concentran la mayoría de los casos: Manabí (925), Los Ríos (918), Guayas sin incluir Zona 8 (695), El Oro (490), Santo Domingo de los Tsáchilas (408), Esmeraldas (236) y Santa Elena (162).

Las cifras en la Sierra

En la Sierra también se reportan asesinatos, aunque en menor proporción. Solo en el Distrito Metropolitano de Quito se han documentado 190 crímenes, seguido de Cañar (40), Imbabura (31), Loja (20), Cotopaxi (26), Bolívar (26), Tungurahua (36), Azuay (18), Chimborazo (13) y Carchi (10).

En la Amazonía, aunque las cifras son menores, igualmente reflejan la penetración del crimen organizado: Orellana (90), Sucumbíos (85), Zamora Chinchipe (20), Morona Santiago (16), Napo (13) y Pastaza (10).

La Zona 8 registra 636 homicidios más que el año anterior y, dentro de ella, el distrito Nueva Prosperina concentra 512 asesinatos, lo que lo consolida como el sector más violento del país. Esta cifra representa aproximadamente el 7,6 % del total nacional.

La única provincia con cero asesinatos

La violencia también se ha trasladado a los centros de privación de libertad, donde se han contabilizado 114 asesinatos en lo que va del año. En contraste, la provincia de Galápagos se mantiene como la única con registro en cero.

El incremento sostenido de homicidios refleja la expansión de las estructuras criminales en distintas regiones. La disputa territorial entre grupos de narcotráfico, el control de rutas para el envío de drogas y la infiltración de estas organizaciones en cárceles y barrios urbanos han intensificado la crisis de seguridad.

Con estas cifras, Ecuador se consolida entre los países más violentos de América Latina, un fenómeno que expertos asocian al auge del crimen organizado transnacional, la fragilidad del sistema penitenciario y la limitada capacidad del Estado para contener la ola delictiva, que golpea especialmente a la Costa.

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