La provincia de Esmeraldas volvió a ser escenario de un espiral de violencia que, entre la noche del viernes y la tarde del domingo, dejó como saldo al menos siete personas asesinadas a tiros en cuatro cantones distintos. Entre las víctimas se encuentra una mujer.

La primera víctima de este trágico fin de semana fue identificada como Luis Guzmán Klínger, funcionario de la Alcaldía de Atacames. Guzmán fue atacado la noche del viernes en el sector El Torino, al sur de la provincia, en circunstancias que aún son materia de investigación.

La violencia recrudeció el sábado en el norte de Esmeraldas. En el recinto Las Leticias, del cantón Rioverde, un ataque armado terminó con la vida de Geovanny Solís Bone, Lupo Félix Realpe Charcopa y Liliana Marcela Quiñónez Vásquez. En el mismo hecho, una persona más resultó herida y debió ser trasladada de urgencia a un centro de salud.

Ese mismo día, en el cantón Quinindé, sujetos armados irrumpieron en la tranquilidad de la parroquia La Unión y asesinaron a Publio Caicedo, dirigente comunitario reconocido en el recinto El Tambo. Su muerte ha generado consternación entre pobladores y líderes sociales de la zona, que lo describen como un hombre entregado al bienestar de su comunidad.

Ataque en Borbón durante una carrera de motos 

La jornada violenta se extendió hasta el domingo. En la parroquia Borbón, jurisdicción del cantón Eloy Alfaro, mientras se desarrollaban actividades festivas, la tranquilidad se rompió cuando dos hombres fueron atacados a tiros en plena vía pública. Ambos fallecieron en el lugar, generando pánico entre los asistentes a la celebración.

Los siete crímenes, ocurridos en apenas tres días y dispersos entre el norte, centro y sur de la provincia, reflejan la compleja situación de seguridad que atraviesa Esmeraldas. Aunque las autoridades policiales confirmaron que los casos están en investigación, hasta el cierre de esta edición no se ha informado sobre detenciones ni posibles móviles de los ataques.

Entre el dolor de las familias y la incertidumbre de la ciudadanía, el fin de semana sangriento se convierte en un nuevo capítulo de la crisis de violencia que azota a Esmeraldas, donde el miedo se impone sobre la vida cotidiana.

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