El humo aún se levanta sobre el Cerro Diablo Rumi. Aunque el incendio fue controlado, bomberos, guardaparques y comuneros de Chibuleo San Luis continúan en vigilancia permanente para evitar que el fuego se reactive en las zonas más escarpadas del páramo, donde la vegetación seca y los fuertes vientos representan un riesgo constante.

Con palas, picos y equipos especiales los bomberos de Ambato y otros cantones de Tungurahua reforzaron las labores para cubrir áreas de acceso complejo.

El siniestro, que tomó casi tres días en controlar en su fase más crítica, se suma a otros incendios registrados entre finales de noviembre e inicios de diciembre. Esta situación llevó al Comité de Operaciones Emergentes (COE) de Tungurahua a reactivarse.

Manuel Caizabanda, prefecto y presidente del COE Provincial, enfatizó que la prioridad es “proteger los páramos y tomar decisiones oportunas para evitar que prácticas irresponsables destruyan nuestro patrimonio natural y las fuentes de agua”.

Acciones urgentes y un llamado a la prevención

En la sesión del COE el miércoles 10, autoridades definieron campañas de prevención, el fortalecimiento de mesas técnicas rurales y la vigilancia continua en zonas vulnerables. La gobernadora Daniela Llerena respaldó el trabajo interinstitucional para reducir riesgos en la provincia.

El teniente coronel Byron Murillo, jefe del Cuerpo de Bomberos de Ambato, recordó que en época de sequía cualquier chispa es peligrosa. “Fogatas y quemas agrícolas pueden volverse incontrolables. Los vientos avivan las llamas y ponen en riesgo vidas, fauna y ecosistemas enteros”, advirtió.

Mientras el equipo técnico del Gobierno Provincial monitorea puntos críticos, la comunidad de Chibuleo permanece unida. Saben que defender el páramo es defender la vida y el agua que sostiene su territorio.

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