El Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y la Unión Nacional de Educadores (UNE) anunciaron una nueva fase de movilizaciones en el marco del paro nacional. Tras las protestas del 12 de octubre de 2025 en Quito, cuando las marchas llegaron hasta el parque El Arbolito, las cúpulas sindicales ratificaron que continuarán con jornadas de protesta y actividades organizativas durante los próximos días.

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Los dirigentes hicieron públicas sus convocatorias el 13 de octubre y anticiparon movimientos con alcance nacional. Edwin Bedoya, presidente del FUT, aseguró que la marcha del domingo contó con respaldo ciudadano y criticó la actuación policial durante la jornada en la capital: “La Policía no tenía argumento para impedir que permanezcamos en el El Arbolito. Ahí se ve la capacidad de diálogo. Es el inicio de un Estado totalitario”, dijo.

Por su parte, Andrés Quishpe, presidente de la UNE, denunció detenciones masivas y lanzó una acusación directa contra el uso de fuerza letal. “Le queremos decir al Gobierno que, por más que busque humanizar la imagen de las Fuerzas Armadas diciendo que usan armamento no lesivo, sobre sus espaladas cargan la muerte de Efraín Fuerez. Si utilizan armamento que atenta contra la vida”, expresó el dirigente magisterial.

¿Qué siguen preparando el FUT y la UNE?

Las organizaciones sindicales fijaron un calendario inmediato de acciones que combina nuevas marchas y encuentros internos. Bedoya precisó que las actividades se desarrollarán entre el 13 y el 18 de octubre, con una movilización nacional prevista para el 15 y un congreso de afiliados del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) programado en Guayaquil el 18. En este último se debatirá la reciente ley urgente sobre el BIESS, impulsada por el Ejecutivo y aprobada por la mayoría oficialista en la Asamblea.

Aunque los dirigentes no ofrecieron todos los detalles operativos de las próximas jornadas, dejaron claro que la estrategia se centra en mantener presencia en las calles y visibilidad en los temas institucionales. Quishpe insistió en que, además de la protesta, exigirán respuestas sobre las detenciones y la actuación de la fuerza pública durante las manifestaciones recientes.

¿Cómo responde el Gobierno?

Desde Carondelet, la vocera Carolina Jaramillo minimizó el impacto de las protestas y aseguró que el diálogo está abierto, pero con sectores de base y no con los dirigentes de las centrales. En su valoración, las movilizaciones no reflejan un respaldo significativo: “En la ciudad de Quito hay aproximadamente 2,8 millones de habitantes. Ayer vimos alrededor de 500 o 600 manifestantes, que representan el 0,01 % de la población”, señaló.

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