En Guayaquil, cuatro personas sospechosas de extorsiones fueron detenidas a partir de acciones investigativas de la Unase (Unidad Nacional de Investigación Antisecuestros y Extorsión) de la Policía Nacional. Las capturas se efectuaron entre el viernes 5 de diciembre y el sábado 6.

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Una de las víctimas fue el propietario de un negocio, a quien desde el 25 de noviembre le exigían un pago de 8.000 dólares para no sufrir atentados, tanto él como sus familiares y trabajadores.

"Recibía (las amenazas) por llamadas por WhatsApp o mensajes", indicó el general Walter Villarroel, comandante de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón).

A partir de aquellos datos, la Policía Nacional empezó a investigar los hechos, logrando identificar y aprehender a dos sujetos. El procedimiento se llevó a cabo en el sector de Mucho Lote, en el norte de la ciudad, el viernes 5 de diciembre.

Entregaban panfletos en tricimoto

Según Villarroel, uno de los sospechosos entregaba panfletos con advertencias en el local utilizando una tricimoto para movilizarse.

Aquel vehículo fue retenido como parte de las evidencias durante el operativo en el cual se capturó a los dos implicados.

Adicionalmente, también se recabó tres celulares, 30 dólares, una memoria USB y panfletos con mensajes extorsivos.

Hombre y mujer, implicados en otro caso

En un segundo caso, un hombre y una mujer fueron capturados el sábado 6 de diciembre, por estar presuntamente vinculados con una extorsión a un comerciante igualmente en Guayaquil.

"Este comerciante era extorsionado aproximadamente desde el 26 de noviembre. Empezó a recibir llamadas y mensajes amenazantes en relación a que, si no cancelaba una cantidad de dinero entre 8.000 y 10.000 dólares, iba a ser detonado su negocio o iba a tener agresiones contra su integridad física o incluso amenazando a su vida", detalló Villarroel.

Mujer viajaba a Guayaquil para extorsionar

Según el uniformado, la mujer que habría participado en los hechos viajaba desde el cantón El Triunfo a Guayaquil para dejar los panfletos extorsivos. En esa primera localidad se logró su captura.

Las llamadas telefónicas, en cambio, se realizaban desde una cárcel. Posteriormente se pudo identificar al sujeto que establecía contacto telefónico desde la cárcel, procediendo con su aprehensión para ser puesto a órdenes de la autoridad judicial competente, al igual que la mujer.

Como evidencias se recabaron tres celulares y dos comprobantes de pago.

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