Manta volvió a estremecerse la noche de este sábado 15 de noviembre tras registrar dos ataques armados en un lapso de menos de tres horas, una jornada que dejó miedo, tensión y un profundo malestar en su población. La violencia, que se ha convertido en una sombra persistente sobre el distrito más conflictivo de la provincia de Manabí, volvió a sentirse con fuerza en dos sectores distintos de la ciudad.

El primer ataque ocurrió aproximadamente a las 19h45 en la parroquia Eloy Alfaro, donde asesinaron al taxista José Antonio Intriago Álava, de 43 años. El hecho se registró cuando el hombre llegó hasta la calle 317 y avenida 217 del barrio Santa Lucía, en busca del vehículo que tenía en mantenimiento. Según informó el coronel José Luis Erazo, el taxista fue abordado por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta, quienes le propinaron ocho disparos con un arma calibre 9 milímetros.

 El reporte señala que la víctima, oriunda de Esmeraldas, registraba antecedentes penales, lo cual será parte de las líneas investigativas para determinar el móvil del crimen. Su cadáver quedó tendido en posición decúbito dorsal sobre la calzada y posteriormente fue trasladado al Instituto de Ciencias Forenses de Manta para la autopsia correspondiente.

Así fue el ataque en Miraflores 

Aproximadamente a las 21h30, la violencia se trasladó al barrio Miraflores, en la parroquia Tarqui, donde dos personas fueron sorprendidas a tiros mientras. Una de las víctimas quedó inerte dentro de una vivienda y otra en la vereda. Este nuevo hecho se suma a la alarmante cifra de 461 crímenes registrados en el distrito Manta durante el año 2025, consolidando a la ciudad como una de las zonas más golpeadas por la violencia en el país.

La Policía Nacional desplegó unidades en ambos puntos de la ciudad para el levantamiento de indicios e identificación de los posibles involucrados. Hasta el momento no se reportan detenidos, y las autoridades analizan si existe conexión entre los dos ataques de la noche.

Manta, catalogada como el distrito más conflictivo de Manabí, vuelve a vivir una jornada marcada por el miedo y la incertidumbre. Los habitantes exigen acciones urgentes y sostenidas para frenar la creciente ola delictiva que conmociona a la ciudad.

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