El dolor que envuelve a Simiatug, en Bolívar, se sintió también en Ambato, donde decenas de familias esperaban noticias de sus seres queridos tras el trágico accidente del bus Ambateñita disco 30, el mediodía del domingo 16 de noviembre. Entre lágrimas y abrazos, la solidaridad nació como un rayo de luz.

En las afueras del Hospital Docente Ambato y del Centro Forense, ciudadanos llegaron con termos de agua caliente, pan y cobijas. “Aunque el frío cala, es el dolor lo que más duele”, decían las personas solidarias.

José Tixilema, vocal del Gobierno Parroquial de Simiatug, agradeció emocionado: “Gracias a todos quienes están colaborando con nuestros hermanos de Simiatug. No estamos solos en este dolor”.

Autoridades de Ambato, Tungurahua, Bolívar y Cotopaxi se unieron para agilizar la atención. Hasta la medianoche se confirmaron 24 fallecidos: 12 murieron en el lugar y otros 12 en el hospital, entre ellos el conductor, su esposa y un hijo.

Féretros donados y un pueblo unido

Más de 200 personas permanecieron afuera de la morgue, apoyándose entre sí. Gracias a gestiones de autoridades, ciudadanos, funerarias y personas particulares donaron los féretros.

Cerca de la 01:00 del lunes ingresaron al Centro Forense; desde las 08:00 inició la entrega de cuerpos. Las víctimas viajaban desde Ambato hacia Simiatug para votar en el Referéndum y Consulta Popular.

Se presume que el bus llevaba unos 60 pasajeros y que el volcamiento ocurrió por fallas mecánicas, exceso de peso o una maniobra para evitar chocar con una moto. Las autoridades investigan para determinar qué mismo ocurrió.

El prefecto Manuel Caizabanda informó que más de 60 profesionales de salud atendieron la emergencia. En total llegaron 45 heridos; ocho recibieron el alta y doce fallecieron.

Vidal Chimborazo ofreció su camión para trasladar a los fallecidos. “Duele ver partir a tantos amigos”, dijo con la voz quebrada.

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