La tarde de este jueves, la provincia de Santa Elena vivió una jornada de violencia e incertidumbre. Tres personas fueron asesinadas en distintos hechos al estilo sicariato y, horas después, la Policía atendió una alerta por un presunto artefacto explosivo en el balneario de Salinas.

El primer crimen se registró alrededor de las 12h30 en el barrio Nicolás Lapentti, de la parroquia José Luis Tamayo. Un hombre y una mujer que viajaban en un taxi de placa YBA-2699 fueron atacados a balazos por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta.

Los sicarios habrían disparado al menos 20 veces contra el vehículo, dejando un escenario de horror en plena vía. Los fallecidos fueron el chofer y su acompañante que a decir de vecinos mantenían una relación sentimental.

El mayor Emerson Domínguez, jefe del distrito de Policía La Libertad–Salinas, informó que por las evidencias levantadas se presume que los disparos estaban dirigidos al conductor del taxi. El oficial también confirmó que en el interior del automotor se encontraba una menor de edad, quien resultó herida durante el ataque y fue trasladada a una casa de salud.

Horas más tarde, cerca de las 16h00, otro hecho violento sacudió al barrio Las Peñas, en la parroquia Anconcito. Un joven fue acribillado dentro del patio de caña de una vivienda. Según testigos, los sicarios llegaron en moto y dispararon desde el exterior del inmueble, causándole la muerte de manera inmediata.

La Policía en la península investiga si ambos crímenes guardan relación, esto porque los sicarios se movilizaban en moto de similares características. Los investigadores recogieron testimonios de los testigos y se obtuvo grabaciones de cámaras de videovigilancia.

Bomba en las afueras de un hotel

Como si la tensión fuera poca, pasadas las 17h00 se reportó la presencia de un artefacto explosivo en el sector de Chipipe, una zona residencial y turística en el balneario de Salinas.

El objeto sospechoso fue encontrado junto a una bicicleta, al pie de un hotel. Inmediatamente, el área fue acordonada y unidades especializadas del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) realizaron una detonación controlada para neutralizar el peligro.

La ola de violencia y las amenazas registradas en menos de cinco horas encendieron las alarmas de la ciudadanía, que exige mayor presencia policial y acciones firmes frente al incremento de hechos delictivos en la provincia peninsular.