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Diario Extra Ecuador

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“A Xavier no lo atropellaron”

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Lucero Llanos, Guayaquil
La historia de Xavier Hidalgo Cedeño es un guion que se quedó trunco. Los libretos pendientes, los poemas por publicar y los viajes que anhelaba se interrumpieron abruptamente cuando le llegó la muerte, en circunstancias extrañas, hace una semana.
“A mi hermano lo encontraron desnudo, sin calzoncillo, sin nada, en la calzada de la vía Durán-Yaguachi. Nos enteramos a las 23:00 del jueves 23 porque mis hermanos fueron a hacer una denuncia por la desaparición de Xavier. Ahí les enseñaron las fotos y efectivamente era él”, relata su hermano Ronald Hidalgo.
En su vivienda, ubicada al norte de Guayaquil, Tripsi y Dipsi, las dos mascotas del fallecido guionista de 38 años, aún salen al encuentro del amo que no volverá. Permanecen ajenas a la atrocidad y al dolor que enfrentaron los familiares de Xavier, aquella noche cuando comprobaron que no debían buscar más porque estaba muerto.


Las llaves no regresaron a su lugar
El miércoles de la semana pasada, Xavier inició su día como siempre. Era muy ordenado y aunque trabajaba desde su departamento, porque era guionista freelance, tenía un horario relativamente fijo.
“Solo iba los lunes (al canal), escribía en la casa y enviaba el día viernes. Eso le daba más tiempo para pasar con la familia”, recuerda Ronald, quien también se desempeña como guionista.
Luego de escribir material para ‘La Trinity’ y jugar con sus cachorros, salió a comprar  alitas a una tienda y regresó para comer con su familia. Y ya por la noche le avisó a su hermano que iba a salir a un bar del centro de la urbe.
“Cogió un taxi de la cooperativa de la ciudadela y llegó al bar a las 21:55 aproximadamente”, relata Ronald, quien junto a su padre y hermanos lucha por reconstruir el rompecabezas de lo que pasó entre la noche del miércoles 22 y la mañana del jueves 23.
Saben, por ejemplo, que  luego de que salió de casa, llamó  a un amigo a las 22:30 para avisarle que se iba del lugar porque no habían personas conocidas y que estaba aburrido.
Y que, al parecer, la última vez que dio señales de vida fue a las 23:23, cuando mensajeó sobre otros temas en un chat que tenía con dos amigas que viven en el exterior.
Pero ninguno de ellos supo  si efectivamente se movió del bar o si planeaba dirigirse a otra parte.
Al día siguiente, Nelson Hidalgo, su padre, se extrañó al no ver las llaves de Xavier en el perchero. “Cuando el llavero estaba ahí, él estaba durmiendo en su cama. Pero cuando no estaban las llaves era porque no había venido”, comenta. Sin embargo, trató de tranquilizarse antes de ir a trabajar, ya que “se hizo una cierta costumbre que a la semana hiciera eso una vez, pero más luego llegaba”.
Desafortunadamente ese jueves no fue así. “A las 18:00 me llamó Pamela a preguntarme si no sabía nada de Xavier y me preocupé”, confiesa.
Pamela, Ronald y sus hermanos preguntaron a los amigos, a los compañeros de trabajo, a la gente en Facebook: ¿Alguien ha visto a Xavier? Y como no había respuesta favorable acudieron a poner una denuncia por su desaparición. A las 23:00, un agente corroboró con una foto su mayor temor.
- Tómelo con calma, señor. ¿Es él?- le preguntó el policía y un abismo se abrió en su estómago. El hombre dulce, familiero e ingenioso, el que había procreado, el que conversaba con él todas las noches, no volvería.
“Ahí comenzó el dolor más grande que uno puede tener. Perdí a mi hijo”, suelta Nelson, con dolor. “No voy a recuperar a mi hijo, pero voy a intentar esclarecer y dar con la persona que hizo esto y que tenga su merecido”, añade.

Piden que se investigue
Lo que ocurrió desde las 23:23 del miércoles 22 hasta las 06:00 del jueves 23 es aún un misterio.
Según la información a la que ha tenido acceso la familia, a las 06:00 del jueves 23 lo recogió una ambulancia de los bomberos, en la vía Durán-Yaguachi aún con vida.
“Nunca estuvo Tránsito ni Policía. Como tenía signos vitales bajos lo llevaron al Hospital Universitario. Y ahí fue declarado muerto a las 09:00 (del 23 de junio)”, añade Ronald, quien ayer tenía previsto conversar con el equipo de rescatistas que trasladó a Xavier desde la vía Durán-Yaguachi hasta el hospital.
Para él y sus allegados, la muerte de Xavier podría tratarse de un crimen de odio por su orientación sexual. “A Xavier no lo atropellaron. La causa es un asesinato. Eso está claro. Queremos saber si hubo fallas de parte del proceso, por qué no se le hicieron las pruebas (toxicológicas)”, apunta.
Ronald aún recuerda que hace más de 10 años su hermano sufrió un ataque cuando un grupo de chicos lo golpeó por ser gay. Sin embargo, esa vez corrió con suerte, porque regresó a casa ensangrentado, pero vivo.  
En cambio ahora su vida se apagó -literalmente- con una hilera de puntos suspensivos.

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