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¡Asegura que demonio se apoderó de sus cuatro hijos!

Redacción Quito
Sentían que el demonio había poseído sus cuerpos. Estaban aterrados y querían escapar de aquel supuesto espectro que se burlaba de ellos, pero mientras más lo intentaban, ese ser se adentraba en sus mentes, como si percibiera el miedo y la angustia que su presencia desencadenaba.
Esta pesadilla, que parece sacada de una película de terror, es la que asegura vivir en la vida real la familia Gualavisí Andrango, en Cayambe. María Florentina Andrango afirma que sus cuatro hijos (de los 4 a los 23 años) están supuestamente poseídos por algún ser maligno.
Esto hace, según la progenitora, que sus noches se conviertan en escenas de horror. Los perros aúllan sin ningún motivo y las puertas se abren y cierran violentamente, detalla la mujer. Además, sienten que un viento helado roza la piel de los supuestos afectados.
María dice que se encomendaron a Dios, sin embargo, aquel ruego solo fue el inicio de un acto paranormal que se ‘regó’ por ese cantón al norte de Quito. Ante cualquier gesto religioso, menciona la señora, sus hijos se revuelcan en el piso y gritan desesperadamente, como si un espíritu maligno los manipulara.
Nadie podía aplacar la furia que emanaban los cuatro atormentados. Incluso, María tuvo que amarrar a uno de sus hijos con una cuerda, ya que su actitud era violenta y tenía una fuerza extrema.
“Diosito lindo, nunca pensé que nos pasaría esto. ¡Qué miedo! La hechicería y los malos espíritus han estado aquí”, replicó la progenitora, mientras recordaba aquellas escenas.
El inicio
Según la señora todo empezó cuando uno de los cuatro muchachos sintió un malestar en el cuerpo y, además, un ligero zumbido en su cabeza. Imaginaron que se trataba de una gripe, pero al poco tiempo, el joven experimentó delirios.
Eso marcó el inicio de esta pesadilla, explica, en los primeros días de mayo, cuando el verano aún estaba lejano.
Ese mes, un supuesto demonio se le habría aparecido al muchacho en la forma de un hombre repugnante, quien sonriente y con una voz de ultratumba le habría dicho: “Así quería que me estén adorando...”.
Esa frase retumbaba en la mente de uno de los presuntos poseídos, quien solamente quería sacar de su memoria esas palabras de horror que lo aprisionaban y no lo dejaban descansar, dijo la preocupada madre.
Tras varios días, al parecer, el mal iba extendiéndose a los demás miembros de la casa, lo que llevó a María a creer que se trataba de un hechizo, el cual, según ella, podía terminar con su familia. Sospechaba que la ‘magia negra’ provenía de un exvecino, con quien tuvo una discusión por un problema de tierras. Por esa razón, los progenitores de los muchachos armaron maletas para ir hasta Imbabura, en busca de un curandero que ayudara a sacar el presunto demonio que los había poseído.
En esa provincia se contactaron con un hechicero, quien empleó en ellos un rito curativo que parecía haberlos calmado.
Sin embargo, cuando retornaron, el mal habría vuelto a sus cuerpos, y hasta hace dos semanas seguían experimentando la posesión. Eso hizo que la comunidad se reuniera para ayudarlos a través de ruegos y oraciones.
También optaron por otra alternativa. Trataron de pedir perdón a los espíritus, buscando a la persona que supuestamente los hechizó. Pero hasta el momento no ha aparecido, comentó don Manuel, padre de nueve hijos, quien en un principio tuvo mucho recelo en comentar lo acontecido.
El sacerdote Carlos Navarrete, párroco de San Pedro de Cayambe, manifestó que “no todo lo que se pueda ver es posesión, sino se tiene que partir con precaución y así lo hace la Iglesia”. Según la reacción de las personas, “se puede saber si en verdad se trata de una posesión demoniaca”, expresó.
Agregó que lo primero que debieron hacer los familiares de los afectados fue contactarse con Chávez, quien es el párroco de Juan Montalvo, y contarle lo sucedido.
Allí, el sacerdote podía ver si se trataba de un hecho sobrenatural o si aquel incidente tenía una explicación.
A partir de allí tendrá la oportunidad de ayudar o caso contrario, solicitar a la Arquidiócesis de Quito, sacerdotes específicos, quienes están directamente preparados para colaborar en estos casos, como puede ser un exorcismo.
“El obispo de la capital nombra a los prelados para esos hechos que se presentan en las personas, quienes presuntamente están poseídas por el espíritu del mal, que en un momento determinado no hay explicación, pero que a veces el demonio actúa”, señaló el padre Navarrete. (HA)
“no puedo decir que se trata de una posesión”
En la parroquia de Juan Montalvo, cantón Cayambe, las personas saben muy poco acerca de lo sucedido.
El párroco Jaime Luis Chávez manifestó que “en lo personal no puedo decir que se trata de una posesión satánica por la que pasan varios miembros de una familia del barrio Santa Isabel”. Eso, porque el día que le invitaron a la bendición de la vivienda fue acompañado de miembros policiales y una ambulancia del Cuerpo de Bomberos. Además, estuvieron dos médicos.
Al llegar al sitio, los especialistas le dieron a entender al sacerdote que no se trataba de una posesión demoniaca, sino que son ataques de histeria, miedo, terror.
“En la mañana van tranquilamente a trabajar o a las clases, pero en la noche hablan, lloran, se sulfuran, llegan con ira, gritan y golpean las paredes, por eso existen dudas de que eso sea posesión”, resaltó.
Cuando una persona está con ese mal pierde el conocimiento y los síntomas dan miedo.
La sugerencia del sacerdote a los padres de los jóvenes fue que los llevaran donde un médico. “Pero ellos están centrados en la oscuridad del demonio y convencidos de que los han embrujado”, dijo Chávez.
“Sal Satanás, en el nombre de Jesús”
Varios pastores de la iglesia Dios es amor llegaron a la casa de la familia Gualavisí. Uno de ellos, quien prefirió no identificarse, dijo que arribaron en ayunas y muy preparados para enfrentar este mal, ya que supuestamente el diablo tiene diferentes manifestaciones.
El trabajo puede durar más de un mes, porque la liberación del mal dura mucho tiempo, explicaron.
“Como guerreros espirituales tenemos que luchar para salvar a quienes lo necesitan. Sal, Satanás, en el nombre de Jesús”, es la frase principal que utilizan los pastores cuando se encuentran en sesiones espirituales.
“Vi el otro mundo”
‘Carlos’ (nombre protegido), uno de los jóvenes que supuestamente estaba poseído, comentó “vi el otro mundo y Dios está cansado de tanta maldad”.
El muchacho dijo: “debemos dejar a un lado todo lo malo, cambiar y no hacernos daño”.
María Andrango manifestó que con su esposo Víctor Manuel son fuertes de carácter, es por eso que el demonio no les ha hecho daño.
La mujer pide que algún especialista los ayude, porque están traumados, ya que han sufrido por dos meses el mal de la hechicería. La persona que desee ayudar a la familia puede llamar al (02) 395-64-80.
Trastornos de personalidad
Mario Andrade Vera, psicólogo especializado en Estados Unidos, detalló que la posesión demoniaca es la aceptación de la deficiencia humana frente a la fuerza de lo desconocido. Lo que antes era asociado con los demonios, ahora se entiende como un desorden de personalidad asociado a la psicosis o esquizofrenia.
“Las posesiones demoniacas deben ser entendidas como creaciones humanas debido a desordenes emocionales o mentales”, explicó.
De acuerdo a Wilder Duarte, psiquiatra con 20 años de trayectoria, lo que es importante analizar en el caso de la familia son los factores de conducta y hereditarios que se habrían podido transmitir de una generación a otra.
Duarte indicó que podrían presentar dos posibles cuadros. “La una posibilidad es que exista alteración de la sensopercepción, con síntomas psicóticos, lo que los lleva a escuchar, sentir o palpar cosas que no existen y que ellos viven como una realidad”. La otra opción es que los individuos atraviesen un trastorno disosiativo de la personalidad.
(JP)