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¡Comunidad LGbti ‘frentea’ violencia con arte y amor!

Redacción Guayaquil
La última vez que la agredieron por su orientación sexual fue el pasado 6 de junio. Tanisha Feikers Rivas estaba en un sector de Urdesa, cuando un individuo la vio y, sin motivo, la agredió verbalmente. Después, intentó golpearla con un palo.
La transexual femenina pidió auxilio y agentes de la Policía detuvieron al agresor y lo llevaron a una Unidad Judicial. En la audiencia, ambas partes llegaron a un acuerdo conciliatorio. Y el agresor le pidió disculpas públicas. Además, se comprometió a “no proferir insultos, amenazas, epítetos, mofas o agresiones verbales o físicas”.
Al igual que ella, a diario integrantes de la población de Lesbianas, gais, bisexuales, transgéneros e intersexuales (LGBTI), sufren de ataques sin razón, por lo cual con plantones, velas, carteles, arte y abrazos, expresaron su rechazo contra la violencia el pasado miércoles 15 de junio.
En medio de las condolencias hacia las víctimas del atentado en una discoteca de Orlando (Estados Unidos), las organizaciones LGBTI cuestionaron la violencia desatada y apelaron a la paz, la igualdad y la aceptación con varias actividades.
Feikers es dirigente de la Asociación Plan Diversidad, mediadora en conflictos y defensora de los Derechos Humanos de las comunidades LGBTI y esa no era la primera vez que la ofendían.
Otros ataques
Meses antes, mientras se divertía con unas amigas, fue objeto de otra agresión. Un individuo la insultó y le lanzó un vaso de vidrio en el rostro, que le causó una herida. Fue sancionado con dos años de cárcel.
Anyelo Nazareno, de 20 años, recordó que en noviembre pasado, cuando caminaba a tomar el bus, en una calle céntrica, dos individuos lo sorprendieron por detrás. No solo se burlaron de él y lo insultaron, sino que también le robaron.
Además de las ofensas, resultó herido en su brazo derecho, después de que le arremetieran con una lima, y recibió una pedrada en la cabeza. Por su condición homosexual ha sido objeto de acoso y burlas constantes, especialmente en la etapa estudiantil.
Las vulgaridades en la calle es lo que más rechaza Cristopher Villacrés, de 21 años. Este transgénero tampoco ha sido ajeno a los insultos, acosos y agresiones.
Una vez, cuando viajaba en bus, dos tipos le cayeron a patadas y puñetes por su preferencia sexual.
Francheska Morán, de 23 años que desde adolescente mostró su lado femenino, rememoró las ofensas que sufrió en el colegio nocturno, donde un profesor le obligaba a cortarse el cabello. En el trabajo también fue objeto de discrimen.
Durante la conversación, salió a colación el brutal ataque que hace poco sufrió una trabajadora sexual trans, a quien contrataron para un momento de placer, pero terminó en un lote vacío, donde la desnudaron y dieron una paliza.
Estos son solo unos pocos ejemplos de los ataques sufridos de integrantes de los colectivos LGBTI. De ahí que organizaran estas jornadas para sensibilizar a la sociedad. (IC)