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Cuando ser bella cuesta caro

Por Cynthia Flores R.
floresc@granasa.com.ec
La belleza cuesta y, muchas veces, esa factura no se  paga solo con dinero. Hay ocasiones en que el costo es más alto, pues pone en riesgo la salud de la piel y también de nuestros ojos.
Ocurre con hábitos sencillos que creemos que no pueden dañarnos. Por ejemplo, ¿qué tan malo puede ser colocarnos pestañas postizas? No lo es si se lo hace correctamente y sin excesos, pero, de lo contrario, es posible que afecte incluso a la córnea.
No es lo único. También hay que tener cuidado con los métodos de depilación, con la forma en que se coloca el delineador y con esa costumbre de muchas personas de exfoliarse la piel todo el tiempo por creer que así el rostro permanecerá joven.
Eso, sin contar, con los métodos que se aplican para eliminar esas líneas de expresión y que, si se cae en abusos, pueden hasta hacer cambiar la estructura del rostro.  
Los especialistas coinciden en que en la búsqueda de la belleza se cometen errores. O se saltan pasos básicos.