Actualidad
Llevaba ojos y boca para la Nariz del Diablo

Redacción Guayaquil
Constantemente viajaba a Quito. Y entre idas y regresos por la carretera, Mario Purizaga acuñó una disparatada idea: dibujarle un par de ojos y una boca a la Nariz del Diablo, en la ruta Alausí-Sibambe, en la provincia de Chimborazo.
Fue hace unos veintitantos años. Llevaba poco tiempo de haber cambiado el bus por el tráiler. Y de tanto pasar por esa vía decidió hacer una travesura para dejar su huella.
Así que entre sus cosas metió pinturas fosforescente y roja para llevar a cabo su cometido de hacer que la Nariz del Diablo completara una cara.
Recuerda que llegó al lugar a eso de las 15:00, parqueó su vehículo a un costado de la carretera e intentó trepar por el costado de la roca.
Cuando narra aquella anécdota, ríe como si retrocediera en el tiempo y volviera a sentir la adrenalina de cometer una chiquillada.
Intentó unas cuatro veces. Mano, roca. Pie, roca. Mano, roca. Y resbaló. Lo hizo por cuatro ocasiones y a la quinta, desistió. “Después se iba a poner bravo por querer hacerle payasadas”, se justifica con una amplia sonrisa.
“No encontré manera de subir. Llegué solo hasta la barbilla porque es pura piedra y la lama esa la hacía resbalosa”, exclama con picardía sobre la travesura que no llegó a completar.
Mario confiesa que lo que lo llevó a planear esta aventura fallida fue que al pasar por el sitio no se distinguía la forma del rostro, por lo que quiso hacerle honor al nombre.
Trailero de corazón
Antes de llegar a manejar un tráiler tuvo cuatro años de colectivero. Sin embargo, asegura que no extraña a su anterior medio de transporte.
“Decían que era bien difícil aprender a manejar un tráiler, pero me lo propuse, cambié y aquí estoy, 30 años”, exclama.
Prefiere viajar por la noche porque le tiene miedo a los abismos. Pero aún así ha rodado por innumerables carreteras del país.
Dice que lo más lejos que ha llegado ha sido al Coca, provincia de Orellana, aunque su ruta favorita es la que va hasta Machala y Piñas, en El Oro.
Tiene un corazón aventurero, sin embargo su mayor tesoro sigue siendo su familia. “No me pierdo por mucho tiempo. Cuando me he ido al Oriente, no he demorado más que tres o cuatro días; y cuando he ido más cerca, he procurado llevar a mi familia. Eso es bonito”, confiesa, mientras espera que le asignen una carga, en el Puerto de Guayaquil.
Ejercicios para camioneros
Pasar sentado durante largas horas puede pasarte factura. Prueba con estos sencillos ejercios para que te mantengas en forma.
Estira piernas y brazos
Coloca un talón sobre el escalón de tu camión. Endereza la rodilla, dóblate hacia adelante y sostén la posición por 25 segundos. Repite con la otra pierna.
Después, párate junto a la puerta a distancia de un brazo estirado y sostén el marco con un brazo. Gira tu cuerpo hacia el lado contrario del marco hasta sentir un tirón en tus hombros y bíceps. Mantén la posición en cada brazo por 25 segundos.
Baja para promover el flujo sanguíneo en las piernas
Coloca tus manos detrás de la cabeza o hacia el frente de tu pecho. Inhala profundamente y flexiona las piernas como si fueras a sentarte, sostén la posición y exhala mientras vuelves a ponerte de pie. Hazlo 10 veces y descansa por 30 segundos. Repite el ciclo por cuatro ocasiones.
Flexiona los brazos
Haz cuatro sets de flexiones de brazos con 30 segundos de descanso de por medio. Coloca tus manos sobre la llanta del camión y camina tus piernas hacia atrás unos dos pasos. Baja tu torso hacia la llanta y empuja 15 veces.
Desciende
Puedes hacer esto dentro de tu cabina. Coloca tus manos en la orilla del asiento y baja y sube tu cuerpo doblando y extendiendo tus brazos en los codos.
Camina
Intenta recorrer la longitud de tu camión 20 veces de atrás hacia adelante.
Si eres conductor de taxi o bus cuéntanos tus historias al volante a llanosl@granasa.com.ec