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Los ‘food trucks’, una ‘manito’ para jóvenes emprendedores

Redacción Quito
El atrayente olor a comida rápida que circundaba por la avenida González Suárez, en el norte de Quito, atraía a quienes pasaban, incrédulos, mirando qué ofrecían aquellos camiones elegantes y bien diseñados. Se detenían, y si algo los seducía, lo adquirían.
Mientras tanto, el pop latino que provenía de un televisor pantalla plana, de 32 pulgadas, llenaba de ambiente ese pequeño espacio ocupado por cuatro ‘food trucks’ a lo largo de la calle.
A las 20:00, la gente apenas empezaba a llegar, siguiendo a los camiones desde la avenida Portugal, donde estuvieron situados hace dos semanas aproximadamente. Sin embargo, tuvieron que irse de allí, ya que los habitantes no toleraban el ruido de los generadores de luz.
Esta nueva tendencia gastronómica en la capital, que inició en enero de 2016, aún “no tiene una regulación metropolitana expresa”. Por ello, su situación ‘tambalea’ y no cuentan con una licencia que les permita desarrollar libremente este emprendimiento culinario en el espacio público.
Elías Bonilla viajó a la ‘Carita de Dios’ desde La Troncal, en Cañar, para administrar un ‘food truck’ que expende helados. Apenas lleva un mes en esto, pero en ese lapso ha recorrido varios sectores de la ciudad y él, al igual que muchas personas que laboran en estos camiones, espera que el trámite de la regularización concluya.
“Estamos creciendo... Dijeron que nos van a apoyar porque es algo novedoso para la ciudad”, destacó Bonilla, quien además explicó que el carro que dirige pertenece a un estadounidense, pero que fue ensamblado en Ecuador.
Detalló que su partida de la Portugal se debió a la aglomeración de varios ‘food trucks’ (alrededor de 40) en una sola calle, y eso desencadenó malestar en los residentes de aquel sector, que es uno de los más exclusivos de Quito.
Por ello decidieron separarse, de modo que algunos se ubicaron detrás del Ministerio de Agricultura y otros en la Coruña, Gaspar de Villarroel, y en distintas partes comerciales.
El camión de comida que administra Bonilla tiene aire acondicionado, nevera, y otras adaptaciones que, como inversión, bordean los 120.000 dólares. Y, además, trabajan cuatro personas, incluido el chofer, quien debe tener una licencia especial para conducirlo, acotó.
En un ‘food truck’ aledaño estaba Jean Hernández, preparando alitas barbecue (BBQ). Dejó su gorro de chef a un lado y contó que llegó desde Venezuela a la capital en busca de una alternativa económica distinta a la que atraviesa su país.
A sus 34 años, el extranjero no sabía de la existencia de esta tendencia, pero un anuncio en una plataforma weblo acercó, hace un mes y medio, a la propietaria de un ‘food truck’, quien necesitaba una persona que la ayudara en un carrito de comidas.
En la Portugal atendía de 150 a 280 clientes por día. Ahora, en la González, la situación es diferente, pues es como empezar de nuevo, señaló. Para él, esta fue una oportunidad para que no tuviera que regresar a Venezuela, y su familia lo apoya desde allá.
Además, contó que en el día va al gimnasio y su compañero de cocina pasea perros, pero cuando cae la noche, ambos se dedican a preparar las delicias culinarias que ofrece aquel camión adornado y bien acondicionado.
Sebastián Andrade vive en Bellavista, cerca de la González Suárez. Comentó que los ‘food trucks’ son una “buena opción de comida rápida, los carros se ven buenos y limpios, me parece bien...”.
Él, quien es uno de los comensales que llegó la noche del martes, agregó que los camiones no generan ningún problema si no funcionan durante las horas de oficina o de escuela, pero en la noche “me parece excelente”.
Asimismo, una joven que salió a trotar con su mascota y que reside en la zona, aseguró que no le molestaba para nada la presencia de estos negocios.
Por su parte, la quiteña Johanna Narváez, quien labora en uno de los ‘food trucks’ de la González vendiendo hamburguesas, comentó que a pesar de que en la Portugal hablaron con moradores y ellos dijeron que no les molestaba su estancia, los sacaron de allí, ya que la aglomeración de varios camiones provocó malestar.
Después las autoridades pusieron conos y no los dejaron ubicarse en ese lugar. La noche del martes, lucía desierto, solamente algunos autos estaban estacionados en el mismo espacio y, a una cuadra, un bus de la Policía.
“Es como si los ‘food trucks’ le apestaran a la ciudad. Nosotros generamos trabajo, en este carrito laboramos seis personas, damos servicios, es de acero inoxidable, no hace ruido...”, acotó.
En la actualidad trabajan de 17:00 hasta las 23:00 aproximadamente. “Nosotros queremos que salga la normativa para poder transitar con libertad, sin que nos retiren de los lugares, sin que el Municipio nos saque de cualquier parte”, concluyó. (ER)
La normativa para regular estos establecimientos “está en camino”
Jacobo Herdoíza, secretario de Territorio, Hábitat y Vivienda del Municipio de Quito, explicó que actualmente los establecimientos destinados a expendio de alimentos procesados tienen dos figuras de títulos habilitantes: Licencia Única de Actividad Económica (LUAE) para locales privados en predios y el Permiso Único de Comercio Autónomo.
Entre estas dos figuras, los ‘food trucks’ no tienen una regulación expresa que “permita licenciar sus actuaciones”, por lo tanto existe un vacío normativo que el Cabildo soluciona a través de una incorporación normativa que, posiblemente, se integrará a las regulaciones aplicadas a la LUAE: una figura de establecimientos móviles que permita licenciar a los camiones de comida.
Según el funcionario, “la normativa está en camino. El primer paso que procuramos hacer es incorporar en la ordenanza 308 un título que se ajuste a estas dos particularidades del ejercicio económico (establecimiento móvil y que ocupe espacio público)”.
“A la par se considera un marco regulatorio específico que sitúe las condiciones técnicas para garantizar la seguridad, sanidad, el confort, el respeto al espacio público”, dijo.
“Han tenido un crecimiento importante en los últimos tres meses. Hemos pasado de un censo preliminar que contabilizaba un par de docenas de ‘food trucks’, pero en este momento el registro sería de entre 50 y 100 carros”, concluyó.