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Los Quijos dejaron huella en El Chaco
El Chaco, Napo
Sus primeros habitantes fueron los Quijos, mucho antes de la conquista española, hombres que labraban el campo en todo el territorio de lo que hoy se denomina El Chaco.
A este suelo lo conocían como la Chacra o Chaquiñán, porque este era un lugar de paso. Los Quijos sembraban y se iban a sus casas, cuenta Duval García, alcalde del cantón.
Con el pasar de los años, el sitio tomó forma y sus nuevos habitantes son colonos o mestizos que se quedaron por la riqueza de sus tierras.
En este sitio, ubicado a 1.800 metros sobre el nivel del mar, se puede cultivar desde una naranja hasta una papa, asegura el alcalde. Pero los vestigios de los Quijos quedan en sus alrededores.
AL RESCATE DE SU CULTURA ANCESTRAL
El cantón, poblado por nueve mil habitantes, distribuidos en cinco parroquias, es uno de los pocos de la Amazonía, donde sus comunidades tienen un clima que puede llegar hasta los cinco grados centígrados. “Solo por citar, en la parroquia Gonzalo Díaz de Pineda es muy bajo, pero Oyacachi está a 3.200 metros sobre el nivel del mar”, explica Jorge Jiménez, director del Departamento de Cultura, Patrimonio y Deportes.
Se dedican a la agricultura, la ganadería y ahora quieren impulsar con más fuerza el turismo, rescatando las historias ancestrales.
Sus ríos guardan historias que se cuentan a los turistas. En el río Quijos, los ancestros se encargaban de lavar el oro y la pesca, que luego entregaba en trueque, mientras que en el río ‘Cacapishco’, que traducido al español significa ‘estiércol de los pájaros’, se rendía culto a los tayos, zona habitada por esta especie de ave a la que aprovechaban su aceite y carne, explica Carlos Mejía Caicedo, quien tiene su propiedad en la Gruta de los Tayos, ubicada en la vía a El Coca.
También cuentan con cascadas y ruinas que guardan toda la historia del origen de El Chaco. En Maukallacta o Pueblo Viejo, situado en la parroquia de Oyacachi, habitaban los ancestros del mismo nombre, donde antes de la llegada de los españoles realizaban rituales en honor a la Pachamama o a los osos que aún rondan en esas tierras.
Fausto Enríquez, director de la escuela de danza, menciona que esa riqueza cultural también se la transmite a los niños y jóvenes a través de la danza.
El cantón está ubicado a cuatro horas desde Quito, pero también se puede llegar por la vía Ambato-Puyo-Tena, pero son dos horas más de diferencia.
En el cantón, todos son protectores de la naturaleza. Incluso los propietarios de las hosterías las construyen de manera ecológica y artesanal.
Por ejemplo, el Eco Lodge Río Quijos es una hostería que se edificó hace dos años. Ángel Núñez es de Guayaquil y aseguró que las cabañas se hicieron con sangre de gallina y cedro, maderas que se pueden talar sin afectar al medio ambiente.
En El Chaco, los habitantes disfrutan de los rodeos y toros de lidia en sus fiestas. Es poblada por gente amable y acogedora que quiere dar a conocer su historia y sus encantadores lugares a quienes la visiten. (YI)