¡Magia negra la dejó sin cabello!

Germania Salazar, Guayaquil

Debajo de las largas trenzas de ‘Mariana’ se esconden las consecuencias de un fuerte maleficio que hicieron en su contra, hace siete años. El daño la dejó sin cabello, sin cejas y sin pestañas. Todo fue hecho a través de un supuesto ritual de magia negra en un río de Nobol. “Me dijeron que me harían una limpia”, comenta llorando.

Pese a que tiene más de cincuenta años es una mujer fuerte, con una melodiosa voz. Detrás de ella hay una historia dolorosa como la pérdida de sus hijos, quienes hace años fallecieron durante un incendio. Se gana la vida vendiendo empanadas de verde que prepara.

La historia macabra de esta fémina comenzó hace siete años cuando caminaba por las calles céntricas de la urbe y se topó con una sobrina lejana a quien le contó sus penas.

La allegada la invitó a vivir en Nobol en la casa de una tía, quien a veces pasaba sola. No le pareció mala esta idea, porque al final de cuentas en su rústica vivienda rodeada de árboles soñaba constantemente con el espíritu de un hombre asesinado y enterrado.

Sin pensarlo dos veces arregló una maleta con ropa y se fue para Nobol. Pero allí se dio cuenta que la familia con la que fue a vivir fumaba muchos cigarros, algo de lo que le hicieron participar. ‘Mariana’ no imaginó que posteriormente sería entregada mediante pacto a demonios cubanos.

El rito demoniaco se realizó en uno de los ríos del cantón por una macumbera veterana, quien le pidió a ‘Mariana’ que entrara al agua vestida de blanco para luego fumar algunos cigarros a su alrededor. “Invocó varios espíritus y comenzó a picarme la cabeza hasta el punto de salirme sangre del cuero cabelludo”, dice con temor.

En corto tiempo quedó convertida en un ser desfigurado. Regresó a su casa en el sur de Guayaquil, donde la esperaban otros tormentos paranormales (soñaba con un espíritu). Al principio usaba pañolones a causa de una terrible caída de cabello que la dejó calva. Buscó ir a una iglesia para alejar esos demonios, pero luego se apartó. Con el tiempo consiguió una peluca en forma de trenzas largas, la que solo se saca para dormir. Se remarca las cejas con lápiz negro y a veces usa pestañas postizas. Solo de esta forma se siente mejor.

EN LA CASA PENAN

Según la mujer, la casa donde vive la adquirió hace treinta años, una amiga se la regaló, pero desde que la habitó tuvo sueños con el espíritu de un hombre supuestamente enterrado en el sitio. “Siempre sentí temor de estar sola, por eso en el pasado permití que personas durmieran en mi casa”, señala. Pero todas aquellas personas que durmieron en su hogar le pagaron mal, ya que le robaron lo poco que tenía. Un hombre a quien ayudó hasta intentó matarla.

“Siempre me he mantenido en oración, lo hago al levantarme y al acostarme. Pero ahora siento como que me arrancan el alma. Veo murciélagos que me siguen, aparecen de la nada y andan detrás de mí”, dice la mujer.

LA LIBERACIÓN

“Esto es algo muy fuerte”, manifiesta Pedro Ortiz, quien junto a cinco personas más realizarán la liberación espiritual. Mariana está convencida de que lo que ella pasa es a causa de la brujería. Aunque no se congrega en ninguna iglesia, es de creencia cristiana, y para su caso prefiere la ayuda de personas de la misma fe. Por primera vez conoce al grupo de creyentes que está dispuesto a realizar la liberación espiritual.

LIGADA

“Usted tiene una peste demoniaca, le han puesto orugas y langostas en su abdomen. Aquí hay legiones de demonios que le lanzaron. Está ligada en la cabeza, ojos y boca. Hay un espíritu llamado Jachú que se come todo los dientes, cabello, vellos, ojos, orejas y senos”, dice Pedro Ortiz (pastor). El hombre es siervo de Dios desde los nueve años

“Estos demonios cubanos de Jachú, Mongoncú, Changó, Mabenfer, Sanbalay Tobías la han querido entregar a Ojocotó, demonio que se mete en los ojos y los rasca”, prosigue concentrado con las manos en la cabeza de ‘Mariana’, a quien le dice: “Caiga de rodillas”, pero la mujer le contesta que no puede porque le duelen.

En medio de reprensiones y oraciones en contra de los espíritus, la atormentada yace en el piso de la casa. Ella grita, clama y pide ser liberada. Arcadas y vómitos seguidos la invaden. “Siento que algo se me quiere salir de la barriga”, dice con los ojos empapados de lágrimas. El grupo de cristianos ora por ella, las féminas tocan cada parte del cuerpo de ‘Mariana’, pero también son presas del vómito y expulsan gran cantidad de baba pestilente.

Según el grupo, de esta forma es como salen los demonios. Tras media hora de reprender en el nombre de Jesús, termina la sesión y todos se levantan del piso con las ropas mojadas de sudor. Dicen que ‘Mariana’ es libre.

Un perro ladra en forma extraña. Esto llama la atención. Según los congregantes, los animales también pueden ser mortificados por los espíritus, así que deciden ir con la Biblia en mano a buscar al can.

Era ‘Muñeca’, el cual tenía los ojos vidriosos y botaba espuma por el hocico. Al parecer, un espíritu se había quedado por los alrededores, afectando al animal. Una oración y aceite ungido en todas las paredes hizo ahuyentar al ente. Luego el animal se tranquilizó.

“Gracias a Dios, estoy bien”, dice ‘Mariana’, quien recibe el abrazo de cada uno de los presentes. Canta feliz al ver que sus rodillas ya no le duelen...