Actualidad
Metros de historia en el centro ‘guayaco’

Lucero Llanos, Guayaquil
Aunque la ropa confeccionada amenaza con ‘devorárselos’, aproximadamente 22 locales de telas en las calles 10 de Agosto, Aguirre, Chimborazo, Boyacá y Luque permanecen bien parados y con harta tela por cortar.
Pedro David Chedraui Echeverría, de 73 años, ha vivido la evolución del sector. Pertenece a la tercera generación de su familia, dedicada a la venta de telas. Su abuelo, Antonio Chedraui, fue un libanés que llegó a Guayaquil en 1920, después de la Primera Guerra Mundial.
“Su primer negocio estuvo en la calle Pichincha, frente al Municipio”, recuerda, desde el interior de su local, ubicado en la calle 10 de Agosto, entre Lorenzo de Garaycoa y 6 de Marzo, frente al Mercado Central.
Añade que al igual que la mayoría de libaneses (erróneamente llamados ‘turcos’ debido a que arribaron con pasaporte de dicha nacionalidad por la geopolítica de la época) se dedicaron al comercio. Y buena parte de ellos, a la venta de telas, específicamente.
“Incluso cargaban los cortes al hombro y se iban a vender a los campos”, relata Leticia de Adoum, propietaria de otro local asentado en la calle Aguirre, entre Pedro Carbo y Chile.
Ambos saben que los primeros almacenes de su rama se asentaron en los alrededores de la Gobernación y el Municipio y que con el paso de los años se movieron hasta las locaciones actuales.
“El negocio familiar de a poco migró hacia el Mercado Central”, explica Chedraui, quien detalla que en la calle 10 de Agosto se concentró un gran número de lugares dedicados a la venta de telas, entre los años 70 y mediados de los 90.
“Para el 2000, la importación masiva de ropa confeccionada bajó el negocio de los tejidos. Los alrededores del mercado cambiaron y ahora se vende ropa confeccionada, uniformes, disfraces, zapatos, etc.”, explica.
Adoum también recuerda con cariño el auge en las décadas del 80 y 90, donde incluso contaron con un pegajoso comercial para radio y televisión.
Aunque ahora son menos los locales dedicados a la venta de telas, aseguran que se mantienen gracias a que “ahora hay producción nacional de ropa”. Mientras haya amantes de la moda y la costura, ellos seguirán rodeados de casimires, algodones y demás.
Elegancia y confort en la calle cuenca
elegancia de unos muebles para sala, el estilo clásico de unos juegos de dormitorio, las cómodas y modulares atrapan las miradas de los transeúntes por las diversas mueblerías de la urbe guayaquileña.
Algunos diseños y modelos son el atractivo en ciertas ferias de muebles que se organizan en la ciudad, que cuenta con diversos puntos para encontrar variada mueblería.
Para muchas personas uno de los sectores referentes para comprar una cama, un juego de sala o comedor es la zona entre las calles Rumichaca, García Avilés y Clemente Ballén hasta Alcedo y alrededores.
Otro punto característico de las mueblerías es la calle Cuenca. Víctor Villegas, quien dirige una filial de Mueblería Villegas, creada por su padre Víctor, refiere que los meses festivos de la ciudad, julio y octubre, así como mayo, por la celebración de las madres, son las temporadas en las que la oferta aumenta.
Comenta que su progenitor, un ebanista tungurahuense que echó raíces en el puerto principal, se estableció en la zona cuando todavía había fangos. “Mi padre vino hace cincuenta años. Levantó su casa y puso su taller, donde enseñó el oficio a decenas de jóvenes”.
De aquel taller salió una infinidad de muebles ofertados en la feria de mueblería Villegas y de lo que me acuerdo hasta la medianoche trabajábamos empaquetando muebles para entregar.
Víctor Villegas aprendió de su padre y desde muy joven se involucró en conocer el arte de moldear el roble, laurel, Fernán Sánchez y otras maderas para combinarlas con telas y tapices y lograr estilos diferentes para los muebles de los diferentes ambientes de la casa.
En los 30 años que lleva involucrado en el negocio de diseñar, laquear y remodelar muebles, Villegas ha visto crecer la competencia, pero sostiene que la atención, personalidad y la durabilidad de los enseres son sus mejores aliadas. (IC)