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Montes amargos y dulces para la buena suerte

Germania Salazar, Guayaquil
“Santa Bárbara bendita, que teñiste con la púrpura de tu sangre tu casta virginidad por amor al Señor, defiéndeme de las tempestades, incendios, catástrofes y todas las calamidades de este mundo. Líbranos de toda salazón y energías negativas. Dame prosperidad en esta vida, salud, dinero, trabajo y amor”.
Con esta oración comenzó un ritual de limpieza Grace Ordóñez, una santera esmeraldeña de 23 años que vive en Cristo del Consuelo, al sur de Guayaquil. La mujer vestía de blanco, con pañuelo y sandalias a juego. De su cuello colgaban varios collares de pepitas, que representaban a Yamaya, el rey del mar. La joven se disponía a realizar un baño de limpieza a ‘Jenny’, que la buscó porque, según ella, últimamente todo le sale mal y no se siente bien.
Durante más de veinte minutos, ‘Jenny’ permaneció quieta dentro de una tina de plástico que contenía una especie de gran infusión, realizada con distintos tipos de montes hervidos.