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‘Paró la olla’ y educó a sus hijos a punta de periódicos

Redacción Guayaquil Ya lo conocen. Y apenas apretan el claxon en la roja, Ángel Quimís, de 45 años, pega un ‘pique’ hasta el conductor que le pide un EXTRA, un Expreso o algún otro diario. Este manabita, quien vive en Guayaquil desde hace 30 años, fijó su ‘oficina’ en la esquina de las avenidas Hermano Miguel y Guillermo Pareja, en la Garzota, norte de la urbe, hace 16 años, cuando encontró en la venta de periódicos una tabla de salvación para sobrellevar la crisis. “Yo era maestro de construcción y con la crisis de 1999 no había trabajo”, recuerda, mientras espera el cambio del semáforo. En aquellos días de preocupación, le comentaron la posibilidad de alejarse momentáneamente del cemento y el bailejo para dedicarse a vocear titulares de periódicos. Se dijo: “¿Por qué no?”. E inició su carrera como canillita. Ángel afirma que las noticias le alcanzaron para ‘parar la olla’ durante estos años y educar a sus hijos. Sonríe cuando retrocede en el tiempo. Y es que aunque hoy vende cerca de un centenar de diarios en cada jornada, comenzó con apenas 20 periódicos. Pero no fue fácil. “La primera vez me quedé varado”, confiesa con una carcajada. “Pero después cogí confianza”, añade. El primer año vendió ‘a pata’, mientras recorría las calles, pero después se dio cuenta de que debía encontrar un lugar ‘pepa’, por donde pasaran muchas personas. Y así llegó al lugar actual. Todos los días, se levanta a las 04:00 y se moviliza desde su casa en Flor de Bastión hasta la Garzota. De 05:00 a 07:00 reparte el periódico a sus clientes fijos y de ahí atiende al público en su ‘ofi’ hasta las 08:30, hora a la que lo releva su esposa, quien continúa hasta las 11:30. Por sus manos y su garganta han pasado muchos titulares, pero los que más recuerda son los de la muerte de Marco Vinicio Bedoya, algunos escándalos de la farándula local y la estrella 14 de Barcelona. “Esa vez el periódico se acabó antes de las 08:30. La gente venía y pedía el EXTRA para ver el póster. Otros pedían un periódico de cada uno para tener de recuerdo”, comenta, sin perder la esperanza de que el Ídolo pueda regalarle otra vez “una Navidad feliz”. (LLl)
Redacción Guayaquil
Ya lo conocen. Y apenas apretan el claxon en la roja, Ángel Quimís, de 45 años, pega un ‘pique’ hasta el conductor que le pide un EXTRA, un Expreso o algún otro diario.
Este manabita, quien vive en Guayaquil desde hace 30 años, fijó su ‘oficina’ en la esquina de las avenidas Hermano Miguel y Guillermo Pareja, en la Garzota, norte de la urbe, hace 16 años, cuando encontró en la venta de periódicos una tabla de salvación para sobrellevar la crisis.
“Yo era maestro de construcción y con la crisis de 1999 no había trabajo”, recuerda, mientras espera el cambio del semáforo.
En aquellos días de preocupación, le comentaron la posibilidad de alejarse momentáneamente del cemento y el bailejo para dedicarse a vocear titulares de periódicos. Se dijo: “¿Por qué no?”. E inició su carrera como canillita.
Ángel afirma que las noticias le alcanzaron para ‘parar la olla’ durante estos años y educar a sus hijos.