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¡Un kilómetro de erotismo en el bulevar nueve de octubre!

Vicente Chonillo, Guayaquil
Michelle es trabajadora sexual y está preocupada. El aumento de la prostitución nocturna ‘flotante’ que se aposta en la avenida, bulevar, Nueve de Octubre de Guayaquil, desde Tucán hasta Rumichaca, para ella es escandaloso y le resta clientela.
Esta mujer se ubica hace dieciséis años en la esquina de Los Ríos y Vélez (dos cuadras antes del bulevar), y según señala jamás se ha parado en la avenida Nueve de Octubre a enganchar clientela porque sabe que es zona turística y regenerada. Con treinta y cinco años de edad, esta sexo servidora explica que las nuevas trabajadoras sexuales a las que llama ‘flotantes’ llegan hasta este sector los fines de semana, quincena y fin de mes en un número que podría superar las cien mujeres. Y se las puede encontrar en alrededor de un kilómetro del bulevar desde las 21:00 hasta las 04:00 del amanecer. Estas sexo servidoras flotantes manejan precios que van desde los 20 dólares como base. Michelle indica amargamente que la competencia ha dañado el mercado y con ellas llegan sus parejas, denominados ‘chulos’. Estos se sientan en la bancas de la Nueve de Octubre a esperar el término de la jornada.
Michelle afirma que ella y otras compañeras han averiguado que estos ‘chulos’ envían a amigos asaltantes para robarles el dinero a quienes no se paran en la Nueve de Octubre.
FLOTANTES DE LA 9 DE OCTUBRE
En una de la esquinas de la Nueve de Octubre y José de Antepara, bajos el antiguo Museo Antropológico, hoy oficinas de la Fiscalía, alrededor de seis jóvenes hacen la tarea del enganche de clientes. Ahí, Johana, en una breve conversación, señaló que llega a este sitio solo los viernes y sábados. Dice tener 20 años y ser madre soltera con dos hijos que mantener. También indica que hace seis meses en que llegó tuvo que pagar diez dólares por noche a uno de los ‘chulos’ de las chicas más antiguas para que le permitan enganchar en esta esquina. “Aquí en este sitio siempre hay clientes, he logrado ganar por una ‘noche algo floja’, cien dólares, pero hay otras jornadas en que se logra triplicar este valor, lo que se gana siempre depende de lo que se logre negociar con el cliente”.
Nathalia es otra de las trabajadoras ‘flotantes’ consultadas. Esta muchacha parece tener 19 años, señala que llegan aquí atraídas por el factor económico. Consultada sobre el número de mujeres que aumenta en el sector manifestó que a ella la llevó una prima y que ahora ha recomendado a dos conocidas que vienen desde el sur de Guayaquil solo los fines de semana.
SIN REGISTROS NI OBLIGACIONES
Según Lourdes Toscano, presidenta de la asociación de trabajadoras sexuales ‘Veinte de Abril’, afiliada a la red de asociaciones de sexo servidoras del Ecuador, indica que no tienen registro de todas las mujeres que buscan ejercer el oficio en la calle. Aclara que estas compañeras solo hacen el enganche para ir a ejercer su oficio en algún lugar que el cliente las lleve, es decir con pararse en un sitio no ejercen la prostitución.
Toscano comenta que como organización acuden a dialogar y recordar a estas trabajadoras que deben asistir a sus ‘centros de atención integral inclusivo’ más cercanos a sus casas para someterse a los chequeos mensuales. Por otro lado, la Dirección Provincial de Salud, mediante un comunicado, señaló sobre este tema que realizan campañas para que estas trabajadoras sexuales que se paran en la calle acudan a efectuarse los exámenes de control sanitario.
Para el abogado Tito Quintero, exintendente General de Policía, consultado cuando estaba en funciones, indicó que la responsabilidad del orden y seguridad de la ciudadanía les compete, por tal motivo dijo que se debería realizar operativos conjuntos con personal del área de salud para controlar esta situación.
El sociólogo Galo Almeida sostiene que el aumento de las sexo servidoras noveles en este sector se debe a que esta zona es muy transitada y se puede conseguir con mayor facilidad los clientes mediante lo que ellas denominan enganche. Aquí prima el interés económico que puede dejar esta zona.
NO SE LAS PUEDE DENIGRAR
Para el fiscal César Peña, no se podría impedir que una mujer se pare en cualquier sitio del país porque se estaría denigrando y violentando sus derechos constitucionales tipificados en el artículo once de la Carta Magna.
La Alcaldía por medio de su departamento de prensa señaló que no se controla esta situación, y que eso le compete a las autoridades de Policía y Salud. Detrás de todo esto, la avenida Nueve de Octubre o bulevar por las noches se transforma y toma un tinte sexi nocturno en el que las mujeres se lucen para enganchar clientes y ejercer luego la prostitución.