La cantante Ana Paula vive un momento de profundos cambios personales y emocionales. A pocos meses del fallecimiento de su madre, la recordada expresentadora Ana Buljubasich, quien murió el pasado 15 de abril de 2025 a causa de un infarto, la artista se enfrenta al desafío de retomar su rutina, sin dejar de lado el proceso de duelo que atraviesa. Aunque ya reside en Buenos Aires, Argentina, su regreso definitivo al país se ha postergado en dos ocasiones. ¿La razón? La de acompañar a su padre, el músico Nerio David, en una etapa que también marca un nuevo inicio para él.

Ana Paula y Nerio han tomado la difícil decisión de mudarse del lugar que compartían con Buljubasich. La carga emocional que representaba seguir en el mismo hogar, lleno de recuerdos de los últimos meses de vida de Anita, resultó ser abrumadora para ambos. Por eso, optaron por iniciar una nueva etapa en un departamento distinto, lejos de los espacios que ahora duelen demasiado.

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Si bien la mudanza implicó trámites, decisiones difíciles y una nueva adaptación, ambos prefirieron pasar por ese proceso antes que seguir reviviendo a diario la pérdida. La idea por ahora es irse con su papá, o ella venir más seguido a Ecuador, algo que hará si se concretan unos proyectos en los que está trabajando.

Ana Paula: ¿Qué pasará con Nerio David?

La artista, que mantiene una relación estable en Argentina y vive junto a su perrita, ha tratado de recargar energías antes de retomar su vida habitual. Sin embargo, admite que le está costando más de lo que imaginaba. “Hay días y días. Mucha tristeza, a veces no lo creo directamente. Otros, en los que me veo desde afuera y me siento muy sola, perdida, diminuta. Días en que esquivo la realidad como modo de supervivencia. También hay días en que el dolor me da muchísima fortaleza para seguir adelante. Pero en términos generales: estoy muy triste. La realidad es que pensar en su ausencia me da mucho vértigo”, confesó con total honestidad.

A pesar de todo, Ana Paula no ha dejado de hacer planes. Una de las ideas que baraja junto a su padre es que él la acompañe por un tiempo a Buenos Aires, para estar más cerca y continuar ese proceso de sanación en familia. Otra posibilidad es que ella viaje con más frecuencia a Ecuador, sobre todo si se concretan algunos proyectos profesionales en los que ha estado trabajando recientemente.

El lazo que une a Ana Paula y su padre es inquebrantable. En medio del dolor, han encontrado en el otro un pilar fundamental. La mudanza, los planes en Argentina y los viajes entre países no son más que parte del camino que ambos están trazando, siempre con la memoria de Ana Buljubasich presente, como guía y motor.

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