Surgieron en 1995, durante el boom de las agrupaciones musicales femeninas. Las Chicas Dulces son ‘sobrevivientes’ de una época en la que la música, sumada a la sensualidad, revolucionó el medio artístico.

Muchos grupos se quedaron en el camino. Incluso ellas pasaron por una etapa de inactividad y estuvieron a punto de desaparecer por conflictos entre la fundadora Lila Flores con una exintegrante.

EXTRA habló con Lila sobre el grupo, que lo conforman además Magalia Macías, Blanka Stronner, Sofía Sánchez y Luli Navarrete.

Ellas comparten sus actividades de modelaje, locución, animación, activación de marcas y negocios propios con la música.

¿Cómo han cambiado y evolucionado Las Chicas Dulces?

Estamos por cumplir 27 años y la evolución ha sido constante. Por el grupo han pasado unas 50 chicas en diferentes etapas, todas muy talentosas.

¿Cuál es la mayor dificultad que han superado?

La más difícil fue la pandemia. Es lo más duro que hemos pasado, porque fue la primera vez que en tantos años se paraba completamente el trabajo.

Estuvieron a punto de desaparecer ¿Cómo fue pasar por ese dilema?

Eso fue hace unos 15 años, sin embargo, llegaron personas a nuestras vidas que nos apoyaron y hallamos una buena guía para salir adelante.

¿Qué opina sobre los 'favores sexuales' que, se dice, son un requisito para entrar a ciertos grupos musicales?

En mi grupo no. Sé que hay quienes lo hacen y ponen lo artístico como fachada para el verdadero negocio, eso es bien conocido. Me apena que haya gente así, que destruya y engañe a las jóvenes.

¿Sabe de algún caso?

Sé que hay muchos, aunque no voy a decir nombres. Solo puedo advertir a las jóvenes que ese no es el camino a seguir.

Las chicas se muestran muy seductoras, ¿qué es la sensualidad para ustedes?

Tenemos encanto, coquetería, feminidad y valores que nos hacen muy atractivas. Ser sexy no significa que debamos mostrar todo. Sin llegar a esos excesos, llamamos la atención.

¿Salen y comparten juntas?

La verdad no. Nunca hemos sido un grupo de bohemia o de beber. Nos juntamos para trabajar y luego de eso cada quien vive su vida. La melosería y ñañería no las comparto, creo que eso daña amistades.

¿Cuál ha sido la mejor experiencia que han tenido en un show?

En Barcelona, España, tuvimos una presentación maravillosa ante unos 15 mil ecuatorianos, el público lloraba, recordando su país. Se nos puso la piel de gallina al ver tanta emoción.

¿Y la peor?

Teníamos un show en Otavalo y ya estábamos cerca cuando nos topamos con un embotellamiento en la carretera, por un desfile de la Mama Negra. No hubo forma de pasar, buscamos vías alternas, nos perdimos, nos quedamos botadas y al final no pudimos llegar.

¿Qué pasó con tu hermana Daniella que ya no está en el grupo?

Mi ‘ñaña’ con el esposo y su hijo están viviendo fuera del país. Es algo temporal. Cuando ella retorne y se haga cargo del grupo, será el momento de que  yo salga, estoy en ese proceso, con un pie afuera y otro adentro.