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Farándula

Chicho Trujillo tendrá su última radioterapia y tocará la campana
El recordado chico reality termina este 7 de noviembre su proceso de quimioterapias y radioterapias. Está ansioso por tocar la campana
El 7 de noviembre de 2025 no será un día cualquiera para Chicho Trujillo. El recordado chico reality, que en los últimos años se ha ganado el cariño de los ecuatorianos con su espontaneidad y estilo irreverente ante las cámaras, se prepara para vivir uno de los momentos más simbólicos y emotivos de su vida: tocar la campana que marca el final de su tratamiento contra el cáncer.
(Lea también: Chicho Trujillo enfrenta el cáncer de colon: "No hay metástasis")
A las 12:00 del mediodía, en un centro médico especializado de Estados Unidos, Chicho hará sonar la campana que cientos de pacientes hacen repicar cuando culminan sus terapias de quimioterapia o radioterapia. Para muchos, este acto es más que un rito institucional: representa el cierre de un capítulo lleno de miedo, incertidumbre y dolor, pero también de valentía, esperanza y fe.
En el caso de Chicho, cada sonido será un recordatorio de la batalla que comenzó el 20 de agosto pasado, cuando recibió un diagnóstico que le cambió la vida por completo: cáncer de colon en etapa 3. Desde entonces, lejos de Ecuador, se aferró al apoyo de su familia, que reside en Estados Unidos, y enfrentó un tratamiento agresivo que incluyó dos quimioterapias y 30 sesiones de radioterapia.

“Estoy emocionado, cansado, quemado, pero feliz”, dijo en una conversación con EXTRA, medio al que confió de primera mano la evolución de su salud. Su voz, aunque agotada, transmitía alivio. “Siempre tuve fe desde el día uno. Hice pública mi enfermedad y ver que mucha gente decía que rezaba por mí me daba sentimiento. Lo importante es descubrir un cáncer a tiempo”.
Lo más duro del proceso de Chicho Trujillo
Durante el proceso, el chico reality perdió vellos corporales, incluyendo los de sus piernas, y atravesó los inevitables efectos secundarios físicos y emocionales del tratamiento. Sin embargo, nunca se dejó vencer. Siguió compartiendo actualizaciones en redes sociales y mantuvo una actitud positiva que inspiró a muchos seguidores que lo acompañaron virtualmente en esta etapa.
El diagnóstico inicial fue un golpe duro. “No podía asimilar mi diagnóstico y no entendía qué había hecho mal”, confesó. Ese día marcó un antes y un después, un punto de quiebre que lo llevó a replantearse su vida, sus prioridades y su futuro.
Hoy, a punto de tocar la campana, Chicho mira hacia adelante. La ceremonia no pone fin a los controles ni a los cuidados médicos, pues tendrá que ingresar al quirófano nuevamente y entrar a la etapa de remisión (Disminución o desaparición de los signos y síntomas de cáncer).
Al finalizar la campanada, estará rodeado de su familia, que ha sido su sostén durante todo el proceso. Para él, ese sonido será un recordatorio claro de su propia fuerza: no es el fin de la lucha, pero sí el inicio de una nueva etapa.

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