Con apenas dos años de haber llegado a Estados Unidos, la periodista ecuatoriana Dayanna Monroy ha conseguido lo que para muchos parece un sueño imposible: cinco nominaciones a los premios Emmy regionales.

Dichas designaciones están divididas entre sus trabajos de reportería en Univisión y Telemundo, que celebran una carrera marcada por la entrega, el rigor periodístico y una profunda pasión por contar historias.

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“Cinco, sí… la verdad es que fue increíble”, le dice a este diario, la guayaquileña de 35 años, quien se dio a conocer como reportera y presentadora en Teleamazonas. Monroy enumera con naturalidad los reportajes que la han llevado a esta nueva cima profesional, lo que para ella es tan solo un trabajo que disfruta y ama.

Entre ellos se destacan investigaciones como Mujeres embarazadas adictas al fentanilo y un especial sobre la salud mental de los hombres latinos. “Ese fue un súper reto, porque ya sabes el estigma que existe sobre la salud mental. En hombres, imagínate, latinos y acá”, comenta.

Esos trabajos no solo revelan problemáticas urgentes, sino que muestran una faceta más íntima de la periodista: su capacidad de conectar con las historias y con las personas detrás de ellas.

Pero este año, las nominaciones no se limitan a su rol como reportera. También han reconocido su trabajo como presentadora en programas especiales y coberturas en vivo, incluidos segmentos de Breaking News y un especial desde exteriores durante la Copa América.

Dayana vive actualmente en San José, en pleno Silicon Valley, el epicentro de la innovación tecnológica que contrasta con las realidades humanas que ella retrata en sus notas. Desde allí, comparte su día a día con su esposo Pedro Pardo, un analista político español.

Considera su labor como una visión de vida

El cambio de Univisión a Telemundo, cadena parte del conglomerado NBCUniversal, representó otro hito en su carrera. La posibilidad de trabajar en proyectos conjuntos con equipos en inglés amplió su proyección profesional.

“Yo creo que es la confianza de la gente que he encontrado en el camino. Pero también disfruto mucho hacer esto. Vibro haciendo esto. Ni siquiera lo veo como un trabajo. Lo veo como una visión de vida”, dice.

¿Planes de regresar a Ecuador? “Sí, yo sí quisiera regresar. No ahora, pero me encantaría volver y entregar lo que he aprendido. Tal vez como profesora. Siempre sentí que lo que he logrado ha sido gracias también a la generosidad de otros. Y quiero devolver eso”, destaca.

Sus investigaciones acerca de la corrupción durante la pandemia la colocaron en el ojo público con reportajes que tuvieron un fuerte impacto social, llevándola a temer por su seguridad.

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