Don Day revela detalles de su ‘no’ a la política y la realidad del espectáculo
El actor cuenta en exclusiva a EXTRA la vida de la farándula tras cámaras y el mundo lleno de excesos

Don Day dice que la innovación es una de las claves para su popularidad.
El actor Diego Álvarez, más conocido como Don Day, mira atrás y agradece las haladas de orejas que le dio su mamá. Él palpó de cerca el mundo del espectáculo, pero ese que inicia una vez que se apagan las cámaras de televisión: el que está llenos de fiestas y alcohol.
El denominado Cholo de labios rosa habla con EXTRA y revela detalles de las propuestas que recibió para ser parte de la política, de su popularidad, entre otros temas.
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Sí, pero evado mucho ese tema. Respeto mucho las profesiones y al ‘César lo que es del César’. Sé que somos influencers y que nos podemos ganar el respeto de nuestros seguidores de esa forma, pero tampoco es para meternos en algo que no nos compete. Los políticos y los actores deben prepararse en sus ramas.
Si en mi vida hubiera estado chiro, ahí no me hubiera importado, cojo las 20 ‘lucas’ que me estaban dando y me tiraba de asambleísta. Fuera de broma, entendí que no era el indicado para eso.
Gano billete haciendo lo que amo. Mi carrera me da frutos, así lo siento. Sé que es mi trabajo, pero lo disfruto y vivo de esto. Desde muy pequeño supe que lo mío era hacer reír al círculo que me rodeaba.
La necesidad hace que uno se invente cosas.
No hablo de lo económico, sino de querer estar en algo, generando algo. Siempre me atrajeron los escenarios y aplausos, por eso trato de innovarme para que mis shows se llenen.
Soy una marca y puedo decir que soy un ícono en Ecuador, porque prácticamente aquí he hecho muchas cosas y se respeta el trabajo que vengo haciendo. Al principio me subestimaba porque decía que esto me duraría 1 o 2 años y ya llevo 13 en este trabajo.
Siempre viene algo mejor, pero puedo decir que aquí en Ecuador creo que no me falta hacer nada. En el ámbito actoral fui protagonista antagonista, extra y muchas cosas. Ya cumplí mis etapas.
Gracias a las haladas de oreja de mi mamá. Vi mucho talento que se desperdició en eso, solo por hacer una novela o ver que la producción está ‘pegada’ se dejan llevar por todo eso. En mi posición puedo decir y dar fe que mis éxitos fueron de a poco. Cuando estuve en el ‘Combo Amarillo’ fue un boom que no disfrute, pero llegas al punto que dices: esto lo tomo como joda o trabajo.
Soy una persona que no le gusta la rutina y llegas en un momento en que las farras se vuelven rutina. Te puedo hablar de la última producción que hice, ‘Compañía 593’, que terminamos las grabaciones y decían para salir a una fiesta, y no iba, y no era porque no quería, sino que sabía lo que pasaría: tomas, te levantas mal y se repite el patrón. Ya lo pasé en el ‘Combo Amarillo’. Ahora valoro más mi privacidad.
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