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Farándula

Eduardo Andrade ha comido de todo: gusanos, caballo, camello, cocodrilo y más
Las experiencias gastronómicas las ha tenido a través de sus viajes alrededor de 59 países
El animador de televisión Eduardo Andrade tiene un paladar valiente. En los más de 59 países que ha visitado desde 2021, ha probado un sin número de platos exóticos, entre ellos insectos, diversos frutos de mar y animales salvajes.
“Las comidas más extremas y raras las he probado en Asia”, cuenta con entusiasmo sobre ese continente al que ha regresado en tres ocasiones. Sus experiencias están documentadas en videos que ha colgado en sus redes.
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En Tailandia comió insectos como grillos y gusanos de seda. Aunque admite que a los primeros los prefiere en el plato y no pegados a la ropa, a los segundos no los volvería a probar. No le gustó la sensación en su boca. Aun así, han sido pocas las veces que ha sufrido una indigestión. En Colombia, en cambio, tuvo la oportunidad de degustar las famosas hormigas culonas, a las que describió como tostadas y saladitas.
Pero su menú no se detiene ahí. “He comido cocodrilo en Nueva Orleans, camello en Dubái, caballo en Italia y hasta probé un milkshake con rocío de oro en los Emiratos Árabes”, relata. También recuerda con gusto el pato pekinés en China, las navajas del mar (un molusco popular en España) y el ouzi, el milenario asado de cordero cocinado bajo tierra en Turquía.

Eduardo Andrade ama la comida manabita
En japón se encontró frente a un helado preparado como un tallarín de té verde espolvoreado con hojuelas de oro. También consumió atún toro, tres tipos de camarones (uno con sabor dulzón) y mini cangrejos apanados, servidos como si fueran canguil en un puesto callejero. “Comer en Japón es barato”, asegura.
Otro postre que no dejó pasar fue una dona de 13 dólares, edición limitada, con forma de manzana, cubierta de jalea de fresa y rellena de crema. Viene en una elegante caja y la venden solo en una tienda de Nueva York.
A pesar de su amplio repertorio gastronómico internacional, Eduardo no duda al declarar cuál es su comida favorita: la manabita. “La amo. Siempre lo digo y lo diré”, enfatiza. Sin embargo, sus viajes no solo giran en torno a la comida. Algunas experiencias han marcado un antes y un después en su vida, como el viaje que realizó días atrás al Oriente ecuatoriano.
Incluyó más viajes en su lista
“Uno de los viajes más extremos que he hecho en mi vida fue a la Cueva de los Tayos, un lugar increíble, lleno de energía, historia y misterio. Llegar fue un reto, pero quedé enamorado”, confiesa. Pronto explorará Maldivas, Egipto, Petra en Jordania, el Serengeti en África y más rincones de Ecuador como el Yasuní y El Altar.