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Farándula

Netflix sorprende con un clásico romántico de los 2000 protagonizado por Keanu Reeves
Con Keanu Reeves y Charlize Theron, Noviembre dulce vuelve a emocionar con una historia de amor y despedida
Para una película romántica, alcanzar reconocimiento en los rankings es un reto: la crítica suele percibirlas como superficiales o demasiado sentimentales. Sin embargo, el público suele responder de forma muy distinta, convirtiéndolas en fenómenos de audiencia y en algunos casos en títulos de culto dentro de las plataformas de streaming.
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Ejemplo reciente de ello es Mi año en Oxford, protagonizada por Sofia Carson y Corey Mylchreest, que arrasó en Netflix. La historia entre una joven estudiante y un profesor que oculta una enfermedad terminal conquistó al público, repitiendo una fórmula que, aunque no es nueva, sigue siendo irresistible.
El regreso de un clásico de los 2000
Siguiendo esa tendencia, Netflix sumó a su catálogo Noviembre dulce, uno de los romances más recordados de los 2000. Protagonizada por Keanu Reeves y Charlize Theron, la cinta está basada en un clásico de los años sesenta llevado al cine en 1968 por Robert Ellis Miller, aunque esa versión es menos popular que la actual.
La llegada de Noviembre dulce a la plataforma de la “N” roja ha reavivado el interés por una historia que, aunque no deslumbró a la crítica, sí conquistó a los espectadores. En Rotten Tomatoes, por ejemplo, apenas alcanza un 15% de aprobación de los especialistas, pero goza de un sólido 76% de aceptación del público.

Una historia de amor con mensaje
Reeves encarna a Nelson, un hombre de negocios consumido por el trabajo, centrado en sí mismo y con relaciones personales deterioradas. Su rutina cambia de manera inesperada cuando conoce a Sara, una mujer llena de energía y un carácter excéntrico que encarna Charlize Theron. El encuentro se produce en un examen de conducir y marca el inicio de un mes que cambiará sus vidas.
Sara le propone a Nelson compartir noviembre con ella bajo un acuerdo peculiar: transformar su forma de vivir durante ese tiempo. Aunque él se muestra reacio al principio, poco a poco cede y se deja llevar por una relación que terminará revelando un giro dramático. La conexión entre ambos se transforma en un vínculo profundo que se ve sacudido por una dura noticia que rompe con sus planes.
El valor de vivir el presente
Noviembre dulce combina drama y romance con la química innegable de sus protagonistas. Aunque la crítica la menospreció, sigue siendo un filme que toca fibras emocionales y conecta con el público por su mensaje: la fugacidad de la vida y la importancia de disfrutar cada instante como si fuera el último.
La cinta se ha convertido en una de esas películas que, lejos de ser una joya del cine, logra su cometido: emocionar y dejar una reflexión sobre lo efímero de la existencia y el poder transformador del amor.
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